07 » Revelations / Revelaciones

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La suave y fresca brisa, seca y tranquilizadora, rozaba nuestras mejillas y desordenaba nuestros cabellos.

Habían pasado unos quince minutos desde el efusivo abrazo que le regalé a Alin. El cual salió desde lo más profundo de mí y no podía negarlo.

La chica te daba esas enormes ganas de depositarla dentro de una caja de cristal a la que luego guardarías celosamente, para que nunca ningún imbécil la halle. 

Lástima que el imbécil ya la había hallado y ya había roto el cristal. Ahora estaba expuesta a cualquiera de sus burradas, y me molestaba. Me molestaba porque yo era parte de aquellas burradas. Pero sabía que pondría un freno a eso. Al menos intentaría.

Y como si hubiera sabido que pensaba en él, se presentó a través de un mensaje de texto que llegó al celular de Alin.

— Es Zayn— sonrió.

Fruncí mis labios en una mueca graciosa, y abrí más mis ojos. Ella negó con su cabeza, aún sin borrar la mueca en su rostro y se dispuso a leer. Luego escribió algo en respuesta, y se volteó a observarme.

— Acabo de decirle que no lo matarás. Le pregunté dónde tiene planeado hablar contigo. No te molesta, ¿verdad?

— No. Es mejor así. Creo que nos estás ahorrando mucho. Ambos somos demasiado orgullosos como para proponerle directamente al otro arreglar las cosas.

— Es cierto— concordó. — A veces me pregunto cómo hacen para llevarse, relativamente, bien.

— Ni yo lo sé— reí.

Otra vez sonó el tintineo de un nuevo mensaje para la rubia.

Se apresuró a abrirlo, y sin despegar la vista de la pantalla, me informó lo que decía.

— Dice que podría ir a tu casa. ¿Qué le digo?

— Que no— respondí, casi monótona.

De ninguna manera acabaría en mi casa nuevamente. Teniendo en cuenta como habían terminado dos de las ocasiones en las que estuvo en ella, me pareció casi una insinuación de su parte, proponerla como lugar de encuentro.

Alin me miró, expectante. Parecía impaciente por contestar.

— Dile que... un lugar más público, pero tranquilo. Si me dan deseos de ahorcarlo, por lo menos habrá quién lo salve— reflexioné.

La risa melodiosa de Alin resonó, perdiéndose en el vasto ambiente.

Contestó y levantó la vista, mirando directo a mis ojos.

— Me siento paloma mensajera— rió. — Pero es divertido.

— Perdón. No deberíamos ponerte en el medio— me disculpé.

— En serio, es divertido— reiteró, aún sonriendo.

El teléfono nos interrumpió una vez más, y como ella venía haciendo, leyó lo que el mensaje decía.

— Dice: "Entonces en un café. Uno de verdad. ¿Qué tal Caramel?"

Caramel, era uno de los cafés más conocidos en Cambridge. Popular por el sabor incomparable de cada taza de la cálida bebida y por las deliciosas golosinas que se realizaban allí, únicamente. Decorado con suaves y acogedores colores que sintonizaban a la perfección con aquel dulce aroma a vainilla inundándote. Estar allí era como apartarte de todo y perderte dentro de un mundo maravilloso, en el que solo valían las sonrisas.

— Está bien— respondí, rememorando las sensaciones que me provocaba aquel lugar. Todos mis momentos en él eran felices, y esperaba que siguieran así.

Beer & Kiss | Zayn Malik |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora