Beer & Kiss | Zayn Malik |

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*Les recomiendo releer la ultima parte de el capítulo anterior, porque ha pasado mucho tiempo, y está claro que pueden no recordar dónde dejé.*

* * *

Mantuve un silencio prolongado luego de que sus palabras me azotaran, como cadenas vivas golpeando mi alma.

No sabía muy bien qué decirle. Cómo decirle lo que en realidad quería. La congoja se esparcía por mi cuerpo al ritmo de la sangre en mis venas.

Temía decir una palabra más; ser algo más directa, porque sus ojos tenían un tinte oscuro y aterrador que me impedía mover los labios.

— No es eso— pude decir, finalmente.

— ¿No es eso?

— No, no lo es.

— ¿Entonces qué demonios es, Claire?

— Prometiste no presionarme— le recordé.

— ¡A la mierda mis promesas!— exclamó. Su voz se elevó en la habitación, dejándola en penumbra sonora.

Él había vuelto a ser despreciable y temible; y yo, a pesar de estar completamente aterrorizada, luchaba por mantener la fuerza interna que me había hecho llevarlo hasta aquella situación.

Ninguno de los dos estaba teniendo una reacción favorable, y eso no hacía más que marcar el punto, final y negro, de un desenlace dañino para ambos.

Su cuerpo parecía no poder contenerse. Podía notar el esfuerzo que hacía por mantenerse en su lugar de la cama.

Sus dedos se enredaban, apretándose entre sí, haciendo que la piel se marcara con cada roce. Los huesos de su mandíbula se tensaban e impregnaban en sus pálidas mejillas. Las venas en su cuello haciéndose más y más visibles, como si una correntada de ira las llenara.

Estaba segura de que no obtendría una palabra sensata de él, y también sabía que lo que dijera, no sería más que un detonante. Sin embargo, lo mejor era acabar con aquel asunto de una sola vez, dejar de aplazar mis intenciones, y finalmente decir lo que pensaba y deseaba desde hacía un tiempo. Ser honesta.

Podía ver mis dedos abriendo la herida mientras mis labios se separaban para pronunciar lo siguiente, oía sus gritos coléricos y veía la rabia recorriendo sus ojos, pero no me detuve.

Busqué la sutileza dentro de mí, y la amarré a las palabras.

— Leo... creo que... ya fue suficiente de nosotros.

Ni bien mi frase llegó a él, sus ojos regresaron a mí, punzantes.

— ¿Qué estás diciendo?— reclamó.

— Lo que... dije— murmuré, porque el miedo ya me estaba rodeando y estaba segura de lo que vendría. Un calvario, una tortura imborrable para mí.

— ¿Suficiente?, ¿De nosotros? ¿Qué demonios significa eso, Claire?

— Significa... que...— divagué, mas nunca pude finalizar la frase, limpia y coherente para él, porque fue entonces que el caos se abrió paso entre nosotros.

— Oh— alargó, siniestro. — Creo que ya sé lo que eso significa. Significa que quieres, finalmente, librarte de mí, para hacer todo lo que se te venga en gana con cuanto idiota se te cruce. Es eso, o has estado engañándome todo este tiempo.

Hipócrita. Nunca la palabra le había calzado tan bien a una persona. Estaba segura. Él era la más viva explicación del adjetivo. Lionel Duffer, un verdadero hipócrita. Un chico que se decía víctima, y no era más que el victimario. Estaba manchado de la basura que intentaba escupirle a los otros, y aunque no estuviese exenta de la acusación que estaba recibiendo de su parte, podía asegurar ser diferente a él, y no sentir cómo la piel de mi rostro caía a mis pies. Y lo digo y aseguro por el simple hecho de saber lo que en ese momento pensaba.