S
INTIÓ frío, mucho frío, y terminó por despertarse con la intención de cerrar la ventana que dejase entrar la brisa fría, pero se detuvo. Milay pudo notar que ya no estaba en su habitación sino al aire libre, en un lugar que aparentaba ser un bosque. Había despertado bajo un árbol cuyas flores eran de un color violeta brillante. Se puso de pie sosteniéndose del árbol, quedándose inmóvil por un momento porque unos mareos le impedían que se moviese.
Cuando se sintió en condiciones de caminar, se puso en marcha sin un rumbo concreto. Aunque los mareos no habían cesado todavía tenía ese espíritu aventurero que la impulsaba a moverse, a investigar ese extraño lugar al que había llegado de una u otra manera.
Por un buen rato no encontró nada que le llamase la atención, tampoco algo que le diese una pista de dónde se encontraba. Estaba totalmente perdida, ya no sabía hacia dónde ir y no tuvo otra opción más que dejar de caminar y descansar, al menos hasta que se le ocurriese algo.
Pudo notar cómo el viento, al rozar las copas de los árboles, producía un fenómeno fantástico: parecía ser un canto triste y fúnebre que provenía del sur, donde Milay pudo ver una colina mediana que no había notado antes. Se dirigió hasta allá, subió la colina y se sorprendió al ver que había algo debajo de donde ella se encontraba parada: una laguna extraña, con una mini isla en el centro, parecía llamarla con el viento para que bajase de ahí. También pudo notar algo de movimiento allá abajo, en la orilla de la laguna; parecía ser un hombre que estaba mirando algo en el agua. Curiosa, la joven bajó hasta donde el misterioso hombre se encontraba parado, totalmente inmóvil. A medida que se acercaba a él, se sentía más mareada, tensa y temerosa, pero desconocía la causa.
Era un hombre pálido de grandes ojos verdes esmeraldas y rasgos delicados (casi femeninos), lo que lo hacía un tanto atractivo; su ropa era antigua y estaba manchada con algo rojizo, al igual que sus manos. Parecía no verla, trató de llamar su atención pero no obtuvo respuesta. Se paró a su lado y miró en la dirección en que él, y allí entendió todo. Lo que el hombre venía observando desde hacía un rato era el cuerpo de una mujer siendo tragada por las profundidades de la laguna de aguas cristalinas. Mientras el cuerpo se hundía, Milay, en estado de shock, alcanzó a ver que el cuerpo tenía varios cortes en algunos sectores, pero los más notorios eran los del rostro: alguien le había cortado la boca en forma de sonrisa y luego cosió los cortes con un hilo negro. La idea de intentar salvar a la mujer pasó por su cabeza, pero ya era demasiado tarde. Ella había muerto antes de que la hundieran; mejor dicho, ya la habían matado antes de que ella la encontrase, y su asesino parecía haber sido el hombre misterioso. No se había dado cuenta de que el hombre había desaparecido sin dejar rastros mientras ella miraba a la mujer, quedando así completamente sola otra vez.
No entendía nada, sus mareos habían empeorado y se sentía muy débil como para seguir de pie, tirándose así en el pasto quedando boca arriba con los ojos puestos en el cielo nublado. Cerró los ojos, respiró profundo tratando de tranquilizarse. Todo lo que había visto hacía unos segundos atrás había sido demasiado. Debía volver al bosque, allí se sentiría más tranquila y estaría lejos de la orilla, ahora, escena de un crimen. Se dio ánimos, intentó incorporarse sobre sí y abrió los ojos.
Un rostro conocido la estaba mirando fijamente, a un paso de distancia, y reconoció quién era con horror. Como si el agua la hubiese escupido, la mujer que vio hundirse estaba de pie frente a ella, mirándola con sus ojos púrpuras sin vida.
Se quedaron así, mirándose por unos segundos, que se sentían como horas para Milay. Finalmente, ella se animó a hablar.
- ¿Quién sos? - Esperó, pero no obtuvo respuestas. - ¿Podés hablar?
ESTÁS LEYENDO
Ojos Púrpura © [en edición]
Mystery / ThrillerUn pueblo "aburrido", Villa Scarlet, Una mansión abandonada en la punta de una colina que guarda los secretos de la familia Van Votten, y cuyo acceso está prohibido; Un asesinato,quizá dos; Visiones de una adolescente, Criaturas mágicas que caminan...