Cap 10: Un cuerpo diferente

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STABA oscuro y vacío, Fred no podía ni ver ni escuchar nada; ya había llegado a lo más profundo que pudo y aún el amuleto no se "activaba". El aire se le acababa y no parecía haber rastro de Seramithia, ni nada parecido, por ningún lado.

Probablemente, si hubiese leído ese maldito cuadernito esto no estaría pasando.

Recordó las palabras de Elliot: "cerrá los ojos y dejá que te guíe". Le parecía un tanto ridículo, pero aún así obedeció; y no tardó en sentir cómo una gran dosis de adrenalina le recorría el cuerpo, y no sólo eso; de repente también sintió como si un montón de burbujas lo envolviesen, haciéndole cosquillas, y así como la sensación apareció, también desapareció. Abrió los ojos y se encontró en un cuerpo diferente: en lugar de piernas tenía una cola plateada, los dedos unidos por una membrana, y su visión ahora era nocturna. Pero la modificación que más le impresionó fueron las branquias: no las notó hasta que sintió algo extraño en el cuello, y al tocarse sintió una pielcita finita y escamosa que las protegía, permitiéndole así a respirar bajo el agua; y al tocarse la cara notó que los orificios de su nariz habían sido "sellados", quedando ésta como un "adorno" (en lugar de ser un cartílago duro, ahora era parte de la calavera, es decir un hueso pequeño y duro).

En pleno momento de asombro y juego, del amuleto empezó a salir una luz rojiza señalando la dirección de su destino, así que se dispuso a seguirla hasta que ésta desapareciera al estar frente a un camino de piedras negras y brillosas; luego de nadar un buen rato junto a él, siguiéndolo, se encontró con un camino dividido en dos: uno de arena fina y brillosa, y el otro con las mismas piedras negras de antes. Comenzó a sospechar que probablemente esto también estaba en el cuadernito negro de Milay, y a medida que avanzaba en su misión fue maldiciéndose por haberse dormido en lugar de habérselo estudiado.

Si tan sólo Milay estuviese acá...

Decidió que el azar se haría cargo de la elección de camino al no tener idea qué hacer, y así se decidió por el de arena fina y brillante, que además ésas piedras negras también contorneaban el camino hasta la entrada de lo que parecía ser una aldea. Dos torres iluminadas por caracolas azules brillantes se alzaban en la entrada del reino elegido (el cual aún no tenía idea en cuál se encontraba).

Al entrar observó que la arena del suelo se hacía más oscura, como si fuese brillantina dorada; en lo que respectaba al reino mismo comprobó que las pequeñas "casas" (mejor dicho, nidos) estaban fabricadas con arena dorada y piedras negras. Cuando echó un vistazo al horizonte, pudo divisar lo que parecía ser un castillo o palacio, como quieran llamarle; fuera como fuese Fred estaba totalmente entusiasmado, ya que nunca había visto un palacio de cerca; el entusiasmo era tal que por un momento olvidó por qué y para qué estaba allí, su misión.

Mientras se acercaba al palacio, un pensamiento se presentó en su mente: desde su llegada no había divisado a ningún slaig cerca; Fred pensaba que este reino de Seramithia parecía "un pueblo fantasma", y eso le daba mala espina. ¿Qué estaba ocurriendo? Elliot le había descripto un Seramithia diferente, ¿quizá esta era una de las consecuencias de la llegada del fantasma? Pero de repente sintió que lo observaban, aunque (aún con sus sentidos agudizados) no podía encontrar ojos, ni nada por el estilo; hasta que en un descuido sintió como si una corriente de agua lo atrapara y luego lo atrajera en dirección al palacio. Las puertas de éste se abrieron y, antes de cerrarse nuevamente de un golpe, absorbieron a Fred hacia el interior.

Una vez adentro, Fred no podía moverse en el suelo, la sacudida lo había dejado aturdido y confundido. Pudo ver que ya no se encontraba solo, había junto a él por lo menos tres slaigs más con él.

- ¿Qué hacemos con él, Princesa?

-Llévenlo a la Sala de Conocimientos- dijo una voz femenina-, y tengan cuidado- llegó a escuchar antes de caer inconsciente- no es lo que aparenta ser.

Ojos Púrpura © [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora