Nueve

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—Pastor Eckles, esta es mi novia... —Liam hizo una pausa. La había llamado Sureña por tanto tiempo que había olvidado su nombre—. Emma —añadió.

El pastor Eckles, un graduado de la universidad local de treinta años con una sonrisa de triunfo y pelo de punta, sacudió la mano de Emma.

—Es un placer conocerte, Emma —se giró hacia Liam—. No sabía que tuvieras novia, Liam.

Liam rodeó los hombros de Emma con su brazo.

—No lo hacía hasta hace dos días.

—Ah —dijo.

La expresión de Emma decía que estaba pensando lo mismo que él.

¿Qué significa "ah"?

—Bueno, bienvenida, Emma, nos alegramos de tenerte aquí.

Alguien cambió la música en los altavoces cortando el resto de la conversación, así que con una mirada de despedida hacia el joven pastor, Liam sostuvo a Emma y la llevó a un asiento. Ella había insistido en dejar las muletas. Él giró una silla en una posición inversa como un soporte para su pierna.

—¡Liam! —La estruendosa voz familiar de Eric gritó sobre el retumbar de la música. Liam se puso de pie y se apretaron las manos.

—Amigo, escuché que tú y Sureña conectasteis.

Liam dibujó una línea a través de su garganta. Demasiado tarde.

Y Eric se dio cuenta de su error. Su cara enrojeció, y él murmuró su disculpa.

—Lo... lo siento, Em... Emma, no te vi.

Si las miradas pudieran matar, Eric estaría muerto.

—Obviamente —dijo Emma—. Y veo que mi apodo se ha propagado, también.

—Yo... yo... bueno, verás... —Eric balbuceó. Ella se cruzó de brazos.

—¿Sí? Adelante.

Liam se sentó de nuevo.

—No te enfades —dijo—. Eric fue quién te llamó así primero. Estaba enfadada.

—¿Y tú sólo decidiste retomarlo, eh?

Ouch. Ella estaba real, realmente enfadada.

—Ahora, no seas así. —Era un cumplido.

—Ajá. ¿Nosotros "conectando" es un cumplido también?

Eric se sentó a la izquierda de Liam.

—Por supuesto que lo era —dijo. Estaba tratando de ayudar, pero no estaba ayudando. Liam lo calló con una mirada y alcanzó la mano de Emma, entrelazando sus dedos.

Salir con alguien era complicado, y él estaba comenzando a pensar que las chicas eran aún más complicadas.

—¿Liam Payne? —Liam levantó la mirada hacia los ojos de una pequeña rubia. Parecía familiar. ¿Por qué?—. ¿No me recuerdas?

Él apretó un lado de su cara, lo cual no ayudó.

—No, lo siento. ¿Debería? —La chica miró sus dedos y los de Emma, aparentemente sopesando sus opciones.

—Fuimos a la escuela primaria juntos. ¿Brianne?

Brianne. No. No Brianne. Si toda la sangre estuviera abandonando su rostro, él no estaría sorprendido. Brianne era... era... la primera chica que él había besado alguna vez. Por favor no digas eso.

Ella se sentó en una silla frente a ellos, girando hacia atrás.

—¿Por qué no me presentas a tu novia? Él inhaló una larga bocanada de aire.

Me & Liam PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora