Nueva Familia.

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Ya Elisenda se había acostumbrado al cambio drástico, no de su locura, si no que no tenia apoyo y que se encontraba sola prácticamente en este mundo, ya su familia la odiaba... Con el tiempo Patrick ha logrado enamorarse de un mujer muy hermosa, cabello rubio, de color de piel blanca, buena posición económica y con un hijo, así que Elisenda tenía que soportar el remplazo de su madre y trataba de tolerar este ambiente.

Una hermosa tarde la novia de Patrick, junto a su hijo fueron a casa de Elisenda, ellos querían que se conocieran sus hijos y se relacionaran ya que en un futuro todos vivirían juntos.

-Mucho gusto, Taylor.- Se presenta el hijo de la futura madrastra de Elisenda, Connor y Jonathan

-Mucho gusto, Elisenda.

-¿Elisenda? Que bello nombre.-Taylor lo susurra en el oído de ella, se retira de la sala y se dirige a la cocina en donde se encuentra el resto de la familia.

Ella se sonroja, y da una sonrisa picarona, pero al instante escucha la voz de aquella criatura que la atormenta cada día.

-Que estúpida eres Elisenda.- Dice el moustro, culminado con una risa escalofriante.

Inmediatamente borra de su rostro aquella hermosa sonrisa, inclina su rostro y sube las escaleras lentamente, con su mano derecha en el pasa mano, se encierra en su habitación. La criatura comenzó a golpearla sin ninguna compasión está furioso, o furiosa, no sabe qué rayos es, pues no lo puede ver, Elisenda dice es del sexo masculino, por la silueta que a veces alcanza a ver, pero no está segura porque no puede verlo; Y por eso ella no forcejea con la criatura, porque no logra verlo y si lograra verlo, sería imposible ganarle.

Hay esta ella, recibiendo los golpes de la criatura, ella sin poder hacer nada, solo desea que la deje en paz o la mate por definitiva...

Acaba por fin, la deja de golpear y se retira riendo a carcajadas, aunque ella ya no sienta su presencia igual no se alegra ni un poco, porque sabe que en cualquier momento y en cualquier lugar regresara con más fuerza. Ella se levanta del suelo, va al baño y se lava la cara, se maquilla para ocultar los rosetones y ojeras que causa el moustro, se ve en el espejo e intenta sacar una sonrisa para poder dar a demostrar que todo está bien, pero que va, es muy absurdo, aunque salga una sonrisa hipócrita, la tristeza de sus ojos opacara esa sonrisa. Suspira y abre la puerta, lista para continuar enfrentando su vida de mierda.

Aquella hermosa mujer que se unirá a la familia de Elisenda no le agrada verla de esta manera, se siente mal por la manera en que la desprecian y la toman por loca, pues sabe que ella no está loca, su hijo le pasa cosas extrañas también, lograr ver moustro y suele hablar con ellos, pero no es algo constante ni una tortura como la de Elisenda.

 -A mi hijo le pasan cosas parecidas, a veces lo tomo por loco, pero en otras ocasiones le creo, siento que es real, pero no le prestó mucha atención, sé que es capaz de defenderse por sí solo, y también, no quiero seguir alimentándole esa fantasía, o todos aquello que el logra ver.

Hace un año aproximadamente, se enamoro de una pequeña que tenía un ser extraño encima... no se es que es, pero son de esas cosas rara que ve él. Según lo que cuenta él; dice que tiene poder, los "moustro no pueden tocarlo", él tiene el poder de que el moustro se valla por definitiva, él puede dar vida y tiene libros raros en su cuarto, y suele hacer y decir cosas raras. Esta chica tenía...

-¿Tenia?.- interrumpiendo, pregunta Patrick.

-Sí, tenía... Falleció, el dice que la mato él, porque él pudo haberla salvado.

-... Mmm...- Él impresionado continúa escuchándola.

-Bueno, ella tenía un moustro que la atormentaba constantemente, estaba a poco de terminar en un manicomio, era peor que la situación de Elisenda. Ella siempre por las noches se sentaba en la acera que está al frente de la casa, mi hijo siempre se colocaba en la ventana para verla, pues sentía una pequeña atracción hacia ella, él les comenta a sus amigos sobre lo que sentía de aquella chica, pero lo único que recibió fueron criticas, todos los de la cuadra decían que ella estaba demente, ni una sola cosa buena había de ella; él no les prestó atención y continuo. Una noche muy lluviosa él pensó que no se colocaría en la cera como siempre lo había hecho, pero él se asomo como siempre, y... allí estaba de nuevo, el se sorprendió mucho, la lluvia estaba muy fuerte, y aun así ella salió como todas las noches; mi hijo tomo una sombrilla y salió a buscarla, se sienta a su lado, comparte su sombrilla, ella está llorando, y yo los estoy viendo desde la ventana, él la abraza y la trae a casa, al entrar ella tenía su mirada dirigida hacia el suelo, y allí fue donde mi hijo vio el moustro que ella tenía atrás... de allí no se mas, el no me quiso hablar más de lo que sucedió, me dijo que jamás lo contara. Y ahora por las noches se coloca en la ventana a mirar aquella calle en donde ella se sentaba y comienza a leer sus libros extraños.

-¿Cómo son esos libros?.- Pregunta Patrick

-Son un poco raros, por fuera son marrones, las hojas son viejas y son gruesos, son como si fuesen libros antiguos, tiene muchos en un estante que se encuentra en el sótano.

-Y... ¿Los has leído?.- Al padre de Elisenda se le despertó una curiosidad por esos libros, quiere saber qué es lo que contiene.

-No, él solo me pide que los limpie cada cierto tiempo, pero me prohibió que los leyera porque posiblemente lo tomaría como un demente.

-Ha... Está bien.

-Y.. ¿Por qué la pregunta?.- Dice la mujer con un tono de voz muy bajo

-No se... Bueno eh visto a mi hijo mayor con esos libros, pero antes que lo obtuviera él, lo tenía mi difunta esposa, según ella también veía cosas raras, y creía en lo que le ocurría a Elisenda, así que en las últimas semanas las tome por locas. Pero desde que mi esposa ha muerto, veo con frecuencia a mi hijo con esos libros, amanece con ellos y son tal cual como me lo describiste. Pero sabes, temo que mi hijo menor, Jonathan tenga en sus manos esos libros.

-Descuida, pídele a tu hijo mayor que lo mantenga en secreto y que no permita que su hermano lo vea. Ah, y antes que se me olvide, no le eches un vistazo a sus libros, se que deseas saber qué es lo que tiene ese libros, que hay entre tantas cosas y tinta, pero tenemos que respetar su espacio, se que será lo mejor.- Dice dulcemente la futura esposa.

-Hare el intento, muchas gracias por tu ayuda, por eso es que cada día me enamoro mas de ti.- Culmina el padre de Elisenda, sobando la mano de aquella mujer.

Patrick fue a su cama, después de haber culminado de hablar con el nuevo amor de su vida. Pero no podía descansar, esta conversación dejo su mente de cabeza, pero aun odia a su hija, así que se da media vuelta y decide dormir, no le prestara más atención a ese tema, aun piensa en que su hija está loca, y eso nadie lo podrá cambiar. Cierra sus ojos, pero aun su mente sigue abierta, la conversación navega en sus pensamientos, lucha para poder cerrar su mente, pero al parecer es imposible... Al cabo de unas par de horas, cayó en un sueño profundo.


Tengo un Moustro en CasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora