Allí va ella sola por el bosque, con su pequeña en los brazos, y su pequeño a un lado caminando agarrado de su mano. Tiene que recorrer un largo camino, que no cualquier persona recorrería, y menos con dos pequeños. Ella ve a miles de personas apuradas, que se dirigen al mismo lugar, pero eso no era de cuestión de quien llegara de primero o de segundo, era cosas del destino y los espíritus, pues ellos decidían quienes entraban y quiénes no.
Ella caminaba pacientemente y con pies firmes. Va caminando pensando en que tendrán la misma suerte que sus ancestros. Está lloviendo, pero llueve a su alrededor, observa como las personas corren en busca de cubrirse de la lluvia, pero hay como una especie de manto sobre ella, que no permite que un una gota de agua tocara su piel, ni el de sus pequeños; todos la observan extraño, pues no logran comprender porque en el lugar que ella camina no llueve, pero ella no presta atención y continua caminando alegre porque ya recibió una primera señal que le indica que los espíritus la aceptaron y estarán con ella. Ve a lo lejos las luces de aquel lugar del ritual, ven como las llamas arden en las antorchas. Ella no apresura su paso, continúa calmada, con su pequeño llorando y quejándose por el dolor de sus pies, de tanto caminar.
Evangeli ve a su lado izquierdo que una chica caminando al par de ella, nota que no está mojada, que camina feliz y segura, así que se dio cuenta que no solo ella estaba siendo apoyada por los espíritus, si no que la otra chica también.
Al llegar aquel lugar, después de haber caminado cuatro horas sin parar ni por un segundo con pasos firmes y seguros, Evangeli nota que hay muchas madres llorando en el exterior de aquel portón inmenso que está cerrado, que es imposible que sea abierto por un humano. Ella se dirige a un lugar que es como una taquilla, allí tiene que registrar su nombre y apellido, al igual que el de sus pequeños; mientras ella se dirige a la taquilla, se adelanta aquella mujer que se encontraba hace unos minutos atrás, caminando al par de ella. Evangeli nota que la mujer pasa rápidamente, ni siquiera escucho dictar su nombre ni nada parecido; llega el turno de ella, la mujer que la atiende ríe sínicamente, y ella se aterroriza tan solo un poco...
-Calla.- Dice la mujer de la taquilla, justo en el momento que Envangeli suspiro para poder hablar.
-Elisenda, tan solo días de nacida.
Connor, tres año de edad.
Evangeli, su madre. Pasen.- Dice la mujer que ríe sínicamente.
Evangeli se impresiona, tenía entendido que tenía que registrase, no que ya estaría registrada, pero aun continúa con lo planeado, pues lo único que piensa es en que todo está a favor de ella. Observa como lentamente el portón se abre, esta llena de expectativas y a la vez los nervios la están consumiendo.
Al entrar, al frente se encontraba en lo alto, una tabla tallada con estas palabras "Welcome Humans"-"Bienvenidos Humanos" y a un costado el número 666; al ver esto ella, siente un escalofrió que recorre por todo su cuerpo rápidamente, ese número no le trasmite nada bueno, y lo único que desea es salir de ese lugar, pero ya una vez adentro, no hay vuelta atrás.
Ya todos están adentro, ya el inmenso portón ha cerrado por definitiva, y no se abrirá mas hasta el amanecer. Hay muchas personas allí dentro, el calor en infernal, el ambiente esta tenso, y los niños comienzan a llorar desesperada-mente, sus madres optan por quitarle la ropa, porque sudan de tal manera que sus camisas y bragas se empapan de sudor. Entre tanta gente, solo hay un pequeño que no llora por nada del mundo, y es el pequeño de la mujer que Evangeli ha visto desde hace unas horas atrás. Ella se siente un poco incomoda, pues pareciera que esta mujer la está persiguiendo, ya son varias oportunidades en la cuales se ha topado con ella.
12:00am...
Ha comenzado el ritual en el bosque, hay muchas mujeres que están "santificando" a los niños. Solo hay 50 mujeres que hacen lo mismo, otras 50 hacen otra función, pues la actividad está dividida por estaciones.
Estaciones...
1.- Presentación.
2.- Comienza una oración, en lenguas que solo los espíritus pueden entender.
3.-Confesiones de sus representantes.
4.- Baño en sangre.
5.- Baño en agua, con aroma especial de los espíritus (Santificación).
Cada estación dura una hora exactamente.
6.- La Última estación, dura dos horas. Se colocan a los niños acostados, en una piedra gigante cuadrada, que tiene tallada unas palabras en el idioma de los espíritus, y algunos dibujos inexplicable. El orden en la cual se colocarían a los niños, son dirigida por los espíritus, pero los hermanos van juntos; a lo mejor el que toca al lado se toparía con el otro, así que se hacia una especie de unión en la atmósfera.
-Taylor, Elisenda, Connor... Continuaron
Elisenda estaba en el centro de dos hombres, su hermano hacia la izquierda y un desconocido a su derecha.
Taylor, es el niño quieto que no llora por nada del mundo, y que tolera el calor infernal que hay en ese lugar, el mismo niño que tenía una nube a su favor, es hijo de aquella mujer que iba al par de Evangeli, la cual se ha topado mucho con ella.
Para Evangeli se le hizo muy raro que nuevamente tuvieran algo en común, a lo mejor se encontraran en el futuro...
7:00am ritual culminado... Todos muy contentos regresan a casa.
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Tengo un Moustro en Casa
AléatoireEsta Historia es un poco a locada, surgió de un pequeño sueño que tuve y lo traslade a una historia, mi imaginación comenzó a volar de tal manera que a surgido esto xD me ha gustado mucho y me encantaría compartirlo con ustedes que se también aman l...