Tengo un Moustro en Casa

Los Últimos Momentos...

Elisenda cada segundo se vuelve aun más loca, el hablar cada noche con su madre le crea la idea de que su madre está viva y eso sin duda alguna paulatinamente la está comenzando a enfermar, cada segundo escucha su voz, después de ver aquel día a su madre en la playa antes de ser ahogada, suele ver constantemente a su madre, pero estas veces ya no son el moustro, es producto de su imaginación...

Al día siguiente al despertar Elisenda noto que estaba sola, verifico en cada rincón, y en efectivo estaba sola aquella fría y hermosa mañana, incluso el moustro no estaba con ella. Pero noto que había despertado con su corazón acelerado, algo muy fuera de lo común, tiene pequeños ataques cardiacos, pero nada que se pueda controlar; un mal presentimientos la esta desesperando, piensa en que será ese día en que tanto había esperado, ese día donde se iría al otro mundo, no se sabe si para estar con su madre, o para continuar siendo torturada por el moustro. Se mete al baño para darse una ducha, pero no deja de pensar en que el moustro aun no aparece para hacerle la vida imposible como le hace todas las mañanas, desde que le dijeron que estaba enferma él no ha fallado ni una sola mañana que la ha torturado, y mientras se baña comienza a recordar el primer día en que él apareció en su vida, de la manera cortes en la cual se presento, que parecía una criatura inocente, pero luego descubrió que era el ser más terrible del mundo. Al terminar su larga y rica ducha se viste lentamente y se acuesta en su cama temporal, prende el televisor y halla su programa favorito "Paranormal", se alegra mucho el saber que no es la única que le pasan cosas extrañas; al terminar el programa ella se alista para salir de la posada en busca de un lugar para que pueda comer. Se sentía libre, cosa que no había sentido por mucho tiempo, interactuó fácilmente con el mesero lindo que la estaba atendiendo, y descubrió que la vida no apesta tanto como parece.

Así paso la tarde Elisenda, saliendo por sí sola, viendo las tiendas y sonriendo por sí sola, ya se olvido de que el moustro existe, y ahora tiene ganas de vivir, pero esta felicidad no durara mucho, todos los sabemos muy bien...

7:00pm... El moustro aun no aparece, pero ella ya no está asustada, disfruta de este pequeño momento de su vida, que se llama felicidad.

Ya han llegado sus hermanos y su padre. Elisenda se siente en perfectas condiciones, tanto así que ha decidió sentarse hablar con Jonathan, ha Connor esto le impresiona, pero en cierta parte lo hace sentir bien, así que va y observa a Elisenda como habla con su hermano menor mientras su padre toma una ducha. Connor sabe que esta felicidad no durara mucho, que en el momento inesperado el moustro comenzara hacer y deshacer, él está un poco alerta, ya no quiere ver a su hermana más destrozada de lo que esta.

Todos se marchan nuevamente, su padre la discrimina con la mirada; ya ha esta altura era para que a Elisenda no le afecte nada de esto, pero aun le continúe destrozando las actitudes de su familia. Al irse todos ella abre un pequeño libro, que entre sus hojas guardaba una foto con su familia, saca la foto, se acuesta y la coloca en su pecho y comienza a llorar en silencio, y allí nuevamente esta la voz de aquel moustro, ya era hora de que apareciera. Comenzó a escucha su risa horrible y escalofriante, el ambiente se ha puesto muy pesado, Elisenda piensa que sus oídos van a estallar, puesto que la risa cada segundo se pone más tensa, y ya no llora en silencio, llora de una manera que ella misma se alcance a oír... Y aquí va, el primer golpe de la noche, el moustro está lleno de ira, no sé que le ocurre esta noche, a lo mejor viene a vengarse de las horas que le dio de felicidad a Elisenda, a lo mejor hoy será la última noche de ella...

Allí va el otro golpe dirigido a su cara, justo debajo de ojo derecho, le ha pesado tan fuerte que la dejo tendida en el suelo derramando sangre... Él ha comenzado a jugar con ella, pero no de una manera linda, piensa que ella es un títere y comienza a lanzarla de un lado a otro fuertemente.