Toda la mañana, la imagen de Harry tomando su mano, había rondado su mente. Se sentía algo culpable, al haberlo dejado sin motivos, y sin despedirse. Quería que se volvieran a reunir, y así poder hablar de lo que había sucedido, y así poder disculparse.
Luego de varios días sin saber que le estaba ocurriendo, ya tenía una posible respuesta, pero no estaba seguro. Por eso no quería comentarle nada a nadie, hasta confirmar de verdad sus dudas.
Al salir de la academia, se dirigió hacia la casa de Harry, para comentarle si podían salir un rato, para hablar de lo sucedido. Al llegar tocó el timbre que al parecer resonó varias veces, pero nadie atendió. Quiso creer que nadie estaba ahí, pero se escuchaban movimientos adentro. Entonces, se alejó y volvió de nuevo a su hogar.
Comenzó a creer que Harry empezaba a ignorarlo, y a no querer saber nada más de él, luego de recibir su rechazo, por eso no lo atendió. Pero antes de creer esa y más cosas, prefirió creer que él no estaba y poner de nuevo en su rostro, una sonrisa falsa y aparentar que nada le importaba, que todo estaba bien. Cuando llegó a su casa, las cosas no mejoraron. Su madre estaba llorando de nuevo, ya sea por el trabajo o porque no estaba bien, decidió no meterse y tan solo abrazarla para hacerle creer que las cosas iban a mejorar.
Cuando estaba por ya dormirse, recibió un mensaje de James, invitándolo a salir aunque sea un rato para distraerse, pero Louis no estaba de humor, y menos para salir. Sabía que si iba, allí estaría Harry, y lo ignoraría, lo cual no mejoraría nada. Así que rechazó su propuesta poniendo la excusa de que ya era tarde, y tenía que dormir.