Capítulo 10

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   Ya era de mañana. Alex había hecho el bolso y este estaba en la puerta del templo. Kukai esperaba a su hermano también en la puerta, que estaba en su habitación. Tengo que hacer algo, ya vuelvo, le había dicho. Kukai pensó que podría ir subiendo el bolso a su auto alquilado. El suyo se había quedado en Inglaterra.
   Cargo el bolso a su hombro y se dirigió al auto. Abrió el portaequipajes y metió el bolso. Volvió dentro del templo sin nada más que hacer, pero Alex aún no aparecía. Por lo tanto, decidió ir a ver lo que pasaba.
   Entró a la pieza de su hermano sin llamar a la puerta y pudo ver como este se paraba con rapidez y tapaba con su cuerpo algo que estaba sobre su mesita de luz.

- ¿Qué quieres? - preguntó serio, pero a la vez Kukai podía ver nerviosismo en sus ojos
- Sólo quería saber por qué tardabas tanto... ¿Qué es lo que ocultas ahí?
- ¡Nada! - le gritó Alex - Vete, ¿quieres? Aún no estoy del todo preparado...
- Esta bien... - suspiró - Te estaré esperando en la entrada... - dijo Kukai para luego salir y cerrar la puerta

   Ver salir a su hermano de la habitación hizo que el alivio floreciera en Alex. No creía que, después de tantos años, Kukai todavía no supiera tocar la puerta... Pero no importaba, si no que Tomo estuviera bien. Alex no tenía idea de lo que pudo haber pasado si su hermano veía a Tomo. Él no creía en ese tipo de cosas y seguro que terminaría dejándola en cualquier lado cuando Alex no se diera cuenta.

- Ya tendríamos que irnos... - le dijo este

   Tomo asintió y se subió a la mano que Alex le mostraba. Él la metió dentro de su mochila, en uno de los bolsillos.
   ¡Ya voy!, gritó Alex por el pasillo y fue lo más rápido que pudo sin mover demasiado la mochila. Llegó a la puerta y no vio a su hermano. Salió de la casa y pudo ver a Kukai apoyado en un costado del auto. Se acercó a él serio.

- ¿Quieres que guarde la mochila en la parte de atrás? - le dijo Kukai a su hermano

   Alex negó con la cabeza y se subió al asiento del acompañante. Vio como su hermano rodeaba el auto y se subía junto a él. Lo ignoró completamente, desviando su mirada hacia la ventana. Su hermano lo miró apenado. De verdad que Kukai quería llevarse bien como Alex, pero le era muy difícil si su hermano se negaba a hablar con él. Encendió el auto y se concentró en el camino...

   El borroso paisaje que Alex veía por la ventana le recordaba a cuando viajó en la parte de atrás de una patrulla.

*FLASHBACK*

   Alex estaba en su cuarto dibujando, cuando escucha como tocan el timbre. Su mamá siempre le decía que no abra la puerta, que puede ser cualquier persona. Pero esa ocasión era especial. Cuando Alex abrió la puerta, pudo ver a un hombre uniformado que lo miraba con pena. El policía, que se hizo llamar Frank, le dijo al chico que lo acompañara, que su madre había tenido un accidente. Alex, realmente angustiado, siguió al policía y se subió a la parte de atrás de la patrulla. Miraba por la ventana, rogando en sus pensamientos por que su madre estuviera bien. Pero lo cierto era que, muy en el fondo, Alex sabía que su madre no se encontraba bien, que tal ves no tendría otra oportunidad para hablar con ella...
   Pero intentaba convencerse de lo contrario, de que su madre sólo había sufrido una ligera fractura; o pequeños golpes múltiples en diferentes partes del cuerpo... Sin embargo, al llegar al hospital y preguntar por su madre, le dijeron que se encontraba muy grave, que tendrían que llevar a cabo una operación y que tal ves no saliera viva de esta. Alex no lloró. ¡Siempre sonriente, nunca llores!, le decía su madre. Y aunque no pudo sonreír, las lágrimas no salía, dejando a Alex con un fuerte ardor en los ojos...
   Horas más tarde, después de la operación, un médico se acercó a Alex. Las palabras siguientes se grabaron a fuego en la memoria de Alex:

- Hicimos todo lo que pudimos, chico... Pero... - el médico no sabía como seguir - Tu madre falleció durante la operación...

   Tu madre falleció durante la operación... Esas palabras aún estaban en la cabeza de Alex cuándo el policía Frank lo llevaba devuelta a su casa. Ahora, al mirar por la ventana, lo ve todo borroso, mientras unas lágrimas le caían por las mejillas.

*FIN DEL FLASHBACK*

   Las lágrimas empezaron a salir de los ojos de Alex, dejando caminos de agua salada en las mejillas de Alex. No podía dejar que su hermano lo viera así, sería como abrirse a él y no quería hacer eso. Se secó las lágrimas con un pequeño rápido movimiento de su brazo y miró a su hermano.

- ¿De que es de lo que quieres hablar? - le preguntó serio, pero con los ojos un tanto en rojos
- Aún no, no hemos llegado al hotel. Pero... - dudó un poco y después se lo dijo - sé que ya no me tienes la confianza que me tenias cuando eramos más pequeños y me gustaría recuperarla - lo dijo en un tono demasiado serio, alarmando un poco a Alex, que se giro a mirarlo

   En el rostro de Kukai no había expresión alguna, era una piedra. Sus ojos estaban fijos en la carretera, sin prestar atención alguna a lo que hacía su hermano. Alex no quería molestarlo, así que se giró para mirar por la ventana y volver a ver aquel paisaje borroso...

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   A las pocas horas de haber salido, Kukai y Alex entraron en la ciudad. Alex se había quedado dormido y su seño se fruncía hacia arriba. Seguramente tiene una pesadilla, pensó Kukai, al tiempo que corría un mechón de pelo del rostro de su hermano...
   De verdad que lo había extrañado, no podía negarlo. Pero era extraño verlo tan grande, cuando la última vez que lo vio, Alex tenía 5 años. Era un niño muy pequeño de ojos grandes y llenos de ilusión con un pelo castaño que se le había oscurecido con el tiempo.
   Volvió a tocarle el pelo y esta vez pudo notar lo suave que era. Se acercó y le dio un beso en la frente. En ese momento se fijo en la mochila que Alex no había soltado en todo el viaje. Se podía ver como algo se movía dentro de ella. ¿Se trajo un animalito?, pensó Kukai. Sacó la mochila de los brazos de su hermano y empezó a revisarla...

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Hola, tanto tiempo sin actualizar. Perdón!!! Bueno, eso era una de las cosas por las que hoy les habló. La otra es para que los invito a que se pasen por mi otra historia, que se llama "¿Un don o una maldicion?". Fijense que sea la mía, que hay otras con el mismo nombre...

  Sin nada más que decir, me despido!!!
XOXOXOXOXO

Del Tamaño de una Hoja (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora