Resaca.

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-Buenos días, mis queridos amigos.-
-Muy temprano para empezar con caballerosidades, Black.-

Peter, James y Remus estaban sentados en la sala común de Gryffindor. Colagusano y Cornamenta estaban con una resaca que les partía la cabeza a ambos. Y solo faltaba que viniera Sirius con sunactitud de "Acabo de follar, pregúntenme qué me pasó, venga, que quiero hablar de eso", no estaban lo suficientemente bien como para tolerar gente de buen humor, como lo estaba Black.
-Vamos, muchachos, ¿por qué esas caras largas? De James y Pettigrew lo entiendo, pero... ¿Remus? No tomaste ni una gota anoche- Remus levantó a penas la mirada de su libro por un segundo y luego la volvió a bajar.
-Tengo sueño, anoche sus risas no me dejaba dormir- Al terminar esa frase, con una sonrisa algo malvada le dió un golpe a una botella aún tirada con la punta metálica de su libro. James y Peter se agarraron la cabeza con ambas manos.
-No hagas eso, Lunático-Gruñó Potter en voz baja, escondiéndose en sus propios brazos.
-Lo siento, no pude evitarlo- Comentó el nombrado con una sonrisa, levantando la botella hacia Sirius y tomando el trago que le quedaba, haciendo una mueca de desagrado.-Cerveza Muggle, uno de sus pocos malos inventos... Bueno, ahora, si me disculpas, voy a regresara mi lectura con mi "cara larga"- Volvió a abrir su libro,concentrándose en éste.
-Mira, Canuto- Saltó a hablar Pettigrew.-Si nos consigues algo para el dolor de cabeza, algún hechizo o algo, nosotros escucharemos tooooooda tu noche- Todos miraron sorprendidos, no esperaban que,precisamente él se pusiera a negociar.
-Vaya, vaya, vaya...-Black pasó a sentarse al lado de su amigo.-Trato hecho, Colagusano, denme como mucho... Una hora. Voy a volver- Y así, sin más, se fue con la cabeza en alto.
-No va a volver con la cura, apuesto cinco galeones- Dijo James ni bien Sirius se fue.
-Entro a la apuesta. De él creería cualquier cosa- Respondió Remus, sin dejar de leer.


Y así lo hizo, Black volvió en veinte minutos con un frasquito en la mano.

-Me debes cinco Galeones, Potter... -Lunático marcó la página de su libro, lo cerró y extendió hacia Potter, quién de mala gana le dió su dinero. Peter levantó la mirada sin creerlo todavía.
-Qué poca confianza me tienen... -Negó varias veces con la cabeza y pasó a sentarse, dividiendo el frasquito en dos vasos de jugo de calabaza.
-Que aproveche...-Dijo James antes de dar un trago largo a todo el jugo.
-Por Sirius- Pettigrew también tomó toda su copa de un trago.

Lupin, por su parte, miraba a todos asombrado, ¿a caso Sirius había conseguido eso por su cuenta? ¿Como lo había hecho? ¿Porqué siempre se logra lo que se propone el muy maldito? ¿Por qué se marcan sus... Perfectos... Oyuelos... Cada vez... Que sonríe...?

¿Qué?

Los fuertes movimientos de cabeza de Pettigrew y James lo asustaron, sacando a Black de su cabeza.
-Esto...¡Funciona! -Gritó Potter con una enorme sonrisa, pasando a abrazara Sirius y darle un beso en la mejilla. Peter se le unió y, Remus,verde de celos, se volvió a su libro una vez más.
-¿No te unes, Remus?-Le preguntó Sirius, algo triste.
-Estoy bien aquí,gracias -Respondió en tono cortante.



Esos cinco Galeones se iban a gastar en algo bueno, algo para Sirius.

-¿A donde van?-Preguntó James al ver a Sirius y a Remus caminando tratando de esconderse hasta la salida.
-Un regalo-Respondió Sirius con algo de nervios.
-¿Ya es su aniversario?-Preguntó el de lentes con clara intención de hacerle una broma y hacer rabiar a ambos.
-Ja-Ja, muy chistoso, estúpido. Vamos, Black... -Con la mirada baja tomó la mano del peli largo y corrió hacia bajo las escaleras.


Con una enorme ayuda de su hermoso y adoradísimo "Mapa del Merodeador" llegaron a HoneyDukes en un dos por tres.

-¿Sabes, Remus?Deberíamos salir más seguido... -Le guiñó un ojo al salir de la puerta del local. Lupin rió, tratando de no darle mucha importancia.Luego de un rato llevó a Sirius a "Las tres escobas".
-Te invito una cerveza de mantequilla- Lunático le mostró sus cinco galeones.
-Eres el mejor,Remus... Me enamoras- Sirius se llevó una mano a la frente, imitando una pose dramática.
-Ya, vamos,idiota.


Mi luna y mi estrella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora