XIII

39 5 0
                                    

Hoy fui a visitarte y dos lápidas más allá estaba un chico, era rubio cenizo, no como tu color rubio, tenía el cabello corto, no como el tuyo alborotado, y ojos grises, mientras que los tuyos era negros.

Comenzamos a hablar, su nombre era Tate, y estaba allí por su madre cuarto aniversario, así que ambos estábamos en situaciones similares, en un mismo lugar por alguien que amamos bajo tierra descarada.

Tobias, el me recordó a ti. Su forma de caminar, y como sacaba un tema de conversación de cada tontería solo para continuar hablando, el me hizo reír de nuevo, y sentí que eras tú.

Me acompañó hasta la piscina, donde me vio en mi estado más débil, llorando al borde de donde te vi por primera vez.

Quería saltar allí mismo, y morir como tú, pero lo tuyo fue un error, y yo lo haría con intención.

Pero el me rodeó con sus brazos. Y supe que no eras tu.

El era frío y tu caliente, el era suave y fuerte, tu completamente suave. Pero supe como amoldarme a esos brazos.

Y me acostumbre a ellos.

EdurneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora