Abrí la puerta a Tate, y subimos a mi habitación, ahora eramos los tres. Un abrazo saludó a Ophelia y ella lo recibió sonriente, un beso me saludó en la mejilla y lo recibí sonrojada.
Tate miró el techo, iba a decir algo pero calló.
"Podemos terminarlo"
hablé por él."Porqué no ver una película, te traje palomitas y chicles de algodón de azúcar"
Por alguna razón me molestó su comentario, fue como si cuidará de una niña pequeña, como su fuera su responsabilidad, su carga.
Solo me limité a asentir, y allí me encontraba, junto a Tate, que estaba junto a Ophelia, y que me rodeaba con su brazo.
Como su fuera una niña pequeña que proteger de la película de terror.
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Edurne
Short StoryMe convertí en un efecto Colateral de mi vida, en lugar de vivirla.