XIV

36 5 2
                                    

Tobias, no me siento bien, estoy enferma y vomitando.
Tate ha venido a acompañarme, como tu lo hacías, espero estés bien con eso, espero estés de acuerdo.

Porque he comenzado a sentirme un poco más vida, en lugar de un efecto colateral.

A mi madre le agrada Tate, dice que es bueno para mi hablar con chicos de nuevo. Pero yo no siento nada por Tate aun.

Ese aun no significa nada mi pequeño corazón, se que te molesta que te diga así. Y es que siempre que estaba enferma y recostada te molestaba.

Como cuando tenía ese extraño virus, y comenzaron a salirme pelotitas en todo el cuerpo y venías todos los días a visitarme, te recostabas conmigo en las noches a escondidas, y en el día siempre me traías helados y cosas para malcriarme, aunque siempre te decía que no.

Al final terminaste contagiando te conmigo, y luego comencé a visitarte yo a ti.

Y comencé a devolver cada cosa que me habías traído con besitos en tu rostro.

EdurneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora