8.Trabajo duro.

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-Sam ¡ya llegó el profe!-Hanna me samarreo.

Levanté mi cabeza rápidamente acomode mi cabello con mis manos y puse mi sonrisa para deslumbrar al profesor de Química.

-Buenos días, alumnos-Klatosky nos saludó.

-Buenos días profesor-todos saludamos con una cara de estúpidos felices. Nadie quería desaprobar.

El profesor de Química puso una sonrisa malvada, la cual me causó un escalofrío por la espalda.

Junto sus dedos (como el Sr. Berns)

-Saquen una hoja.

SANTA, ESTE AÑO ME HE PORTADO BIEN ¡¿QUÉ TE OCURRE GORDO BARBUDO!? ¿QUIERES TENERME MUERTA?

-Un lápiz.-continuó.

JEBUS, NO SEAS CRUEL ¿SI? JURO QUE ESTE MES VOY A DEJAR DE COMER CARAMELOS ¿SI? (mentira piadosa).

-Hay examen.

Me muero muerta.

Mi sonrisa se borró al escuchar esas palabras. Era de vida o muerte, tenía que usar mi capacidad de actuación.

-¡OH POR DIOS, CREO QUE SE ME ESTÁ SALIENDO UN RIÑÓN!-toqué mi pecho y puse una mueca de dolor. Hanna agarró una hoja y me abanicó la cara(ella sabía lo que tenía que hacer). Yo saqué la lengua y me tiré dramáticamente al suelo. Todos giraron la mirada hacia mi.

-Sam, los riñones están más abajo.-el profesor rodó los ojos y escribió en la pizarra.

Ahhhhhhh, con razón desaprobé el examen de biología.

Me puse de pie y sacudí el polvo de mis rodillas, acomodé un mechón de mi cara y me senté con una sonrisa pícara en mi lugar.

Jebus y Santa. Ya verán...

***

-Me fue horrible, lo sé. Desaprobaré y todos se reirán de mi.-Hanna se tapó la cara con las manos.

En mi casa había un silencio relajante, Beth había ido al doctor, mi madre estaba en Yoga y con Hanna, habíamos ido a mi choza para descansar y dormir. Sin esperar a nada ni a nadie, solo quizás le habríamos al chico de la pizza.

Mordí mi manzana y rodé los ojos nuevamente, Hanna era tan negativa. Aunque no estudiaba aprobaba igual. No entendía como lo hacía, aveces creía que usaba brujería. Mi mejor amiga apoyó su cara en mi hombro y comenzó a repetir que era un fracaso.

-Soy una inútil. No sirvo para nada. Soy una estúpida hueca. Y...-antes de que dijera algo más, la gota revalso el vaso-¡Basta! ¡Mujer, no seas tan negativa! Seguro que aprobaste.

Hanna me miró con miedo,di un suspiro denso, y la abracé fuertemente-¿Sabes? Al final de cuentas, siempre voy a tener el hombro donde tu puedas llorar, porque el desti...¡Tengo que hacer pipí!-salí corriendo hacia el baño.

Luego de hacer mis necesidades, me acurruqué junto a Hanna que estaba tirada en el sillón, mirando Disney.

-Algún día seré como la cenicienta y mi príncipe azul, vendrá a buscarme en una carroza blanca-Hanna suspiro con una sonrisa bastante idiota.

¿Príncipe azul? Ja, eso solo se veía en Disney. Yo esperaba a mi príncipe azul más barato y con más señal de Internet. Nada de besos y abrazos. Solo Internet.

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