7. Veinticinco centavos.

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-P-pero ¡¿Qué les ha ocurrido?!-Elizabeth nos miró con los ojos abiertos.

-Sólo un par de inconvenientes-gruñí entre dientes.

-Creo que algo se mueve en mis zapatos-Hanna sacudió su pierna.

-A ustedes no les hablo-se avalanzó hacia mi camiseta y la agarró de un costado-¿Qué te hicieron? ¿Estas bien?-preguntó desesperada.

En la mentalidad de Beth sólo existían tres cosas importantes: ropa, zapatos y... maquillaje, lo otro no tenía importancia.

Quité una cáscara de plátano de mi cabeza y un poco de spaghetti de mi hombro-Nadie pensó que terminariamos en una manifestación feminista y luego en un cubo de basura-Hanna se encogió de hombros.

-¡¿Cubo de basura?! Oh, ¡no les prestaré nunca más una de mis prendas preciosas!-Beth negaba con la cabeza.

-Tranquila, es la primera y última vez que las usaremos-bebí un poco de zumo.

-Nuestras hermosas madres tenían cosas más importantes que hacer...

-Todo comenzó....(me siento Winnie Pooh)

*Flashback*

-Mamá, va a caer un diluvio y....-miré las nubes grises.

-Hija, no puedo, vuélvete con Hanna. Su madre esta aquí conmigo. Tenemos cosas que hacer.

Si claro, "cosas que hacer"

-Hola, mamá de Sam-Hanna con emoción ,saludó al teléfono como si alguien pudiera verla.

-Hannita, llámame Vanessa.-mi madre puso un tono dulce.

Hanna se ruborizó y yo rodé los ojos-Pero mamá, y..¿si viene un violador serial?-pregunté intentado safar de esta.

Realmente, tenía piernas muy cortas (todavía siguen iguales) y las nubes grises se aproximaban en señal de una lluvia. No iba a caminar treinta cuadras cuando mi madre tenía un auto y "cosas que hacer" a la cual llamaba clases de gimnasia por Tv. Me las iba a pagar.

-Pues si pasa eso...-detrás de su voz se comenzaba a escuchar la vos chillona que decía : "y uno y dos y tres ¡ puedes! ¡Vamos! ¡Endurece tu trasero!"-Hija, me llaman de otra línea. Te amo. Adiós Hanna de mi alma.

-Adiós mam...Vanessa-fue lo último que logró decir antes de que mi madre colgara la línea.

A veces pensaba que mi madre quería a Hanna más que a sus propios hijos (si hablé en plural) Mi hermano mayor, Patrick, vivía en el país del nunca jamás, (Neh, vivía a unas tres casas de la mía) Era hijo del matrimonio anterior de mi padre.
Su existían hermanos desiquilibrados, éramos nosotros, el inteligente y tan prolijo y yo solo servía para matemáticas. Fin.

Con Hanna comenzamos a caminar, hablando sobre el día lentísimo que habíamos tenido. Los tacones los llevaba en la mano al igual que Hanna, caminar treinta cuadras con quince centímetros de tacón no era muy agradable. Luego hablamos del maldito trabajo práctico de inglés con Cindy, teníamos que fingir ser su "friend" y repartir flores y corazones (soné muy Grey, I know)

En la cuadra número quince, comenzamos a ver que en el medio de la avenida mujeres caminaban, algunas con carteles escrito con fibrón "Feministas al poder",otras, agarradas de las manos y una líder con un altavoz.

-¡Porque somos mujeres! ¡Tenemos pechugas y vagina!

-¡Si!-las demás chicas gritaban.

-¡Y no necesitamos a los hombres para ser felices!-el altavoz resonó en mis oídos.

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