Secuestro.

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Era extraño que Wonwoo se ausentara tanto tiempo, eso estaba preocupando demasiado a todo el grupo. El rapero pelinegro no era alguien irresponsable, no al grado de faltar a dos prácticas seguidas. Mingyu era el más afectado por la ausencia de su amigo inseparable. Se le hacía muy extraño que se fuera sin decir nada, menos sin decirle a él. La situación hacía parecer que al chico se lo tragó la tierra sin dejar testigos.

Tres días habían pasado sin rastros de Wonwoo. Ni su familia sabía de él, habían quedado en que si pasaba otro día sin ninguna información sobre el joven, irían a hacer la denuncia, no querían alarmar a nadie por el momento. La familia y algunos en la empresa lo catalogaron como una huída por la presión de su reciente boom de fama y horarios pesados, pero sus amigos de Seventeen sabían en carne propia que eso no era razón suficiente para fugarse, porque, si de presión se tratase, ellos, o por lo menos el más alto del grupo tendrían alguna pista, sin mencionar que la idea de irse no era propia de él. Aquí pasaba algo más, algo que pronto descubrirían, y para su pesar, no eran buenas noticias.

La mañana siguiente, al dormitorio de Seventeen llegó una caja, que contenía diversas cosas; Un USB, un sobre negro, y una pequeña bolsita hecha con papel de regalo.

Abrieron el sobre que contenía una carta escrita con una letra y firma que ellos conocían perfectamente y con pequeños circulitos donde la tinta estaba corrida.

"En el USB hay una carpeta con un video y unas cuantas fotos. Echen un vistazo y hagan todo al pie de la letra si quieren volver a ser trece.

Firmado: Jeon Wonwoo"

Obviamente la preocupación, junto con algunas lágrimas y suspiros de terror llenaron la casa en la que los chicos habitaban. Jeonghan abrazaba a Mingyu, quien lloraba silenciosamente con una expresión de sorpresa aún, todo por la noticia. Cuando abrieron la pequeña bolsita de regalo, encontraron una foto de Wonwoo con su collar y un mechón de cabello. Seungcheol no perdió tiempo y le pasó el USB a Hoshi, quien con la velocidad de un rayo, abrió el archivo y volteó la laptop para que todos pudieran ver.

En el video se podían notar sonidos de golpes, un par de quejidos y tos que sabían que eran de su compañero, pero la imagen solo mostraba una silla en una habitación sucia y oscura, que recibía poca iluminación de una ventana rota.

"Levántate niño bonito, hazlo si no quieres que lo próximo que tosas sean tus pulmones"

Los adolescentes observaban impactados la escena. Wonwoo fue arrojado a la esquina de la toma y se subió con dificultad a aquella silla. No podían verlo bien, ya que la iluminación era a contra luz, pero podían notar por sus movimientos que estaba cansado y lastimado. Lo siguiente que presenciaron por la pantalla, fue la cara de su amigo, llena de golpes y heridas mientras se lo alumbraba con una linterna en los ojos y este se quejaba, solo para que un hombre fuera a tirar de su cabello húmedo y sucio. El rapero de voz profunda llevaba puesta la misma ropa de hace días, la cual estaba sucia con sangre y rota.

En aquel instante, la expresión en la cara del mejor amigo cambió. Seguía derramando lágrimas, pero con la mirada más cargada de odio que en su vida alguien hubiera creído presenciar del alegre Mingyu, quien estampó las manos contra la mesa tan fuerte que casi la atraviesa. La situación le había desbordado completamente. Sentía ganas de asesinar a esos tipos cada vez que golpeaban a su adorado rapero, porque le costara lo que le costara aceptarlo, lo que él sentía por el muchacho maltratado en el video iba más allá de una simple amistad.

"Queremos cuatrocientos mil dólares. Más les vale no llamar a la policía y que venga solo uno con el dinero al callejón entre el centro comercial y la tienda de ropa 'Suambii'. Tienen hasta el viernes a las 15:00."

Amor o juego. -Meanie One-shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora