❝ I don't care if you're contagious ❞

842 65 19
                                    

Ship: Kellic
Advertencia: Smut

// —Sleeping With Sirens - James Dean & Audrey Hepburn (Acoustic version) //

Narra Kellin

Estar enfermo era una completa mierda. Apenas empezaban las vacaciones de invierno y yo ya estaba muriendo de un resfriado. Tal vez mi situación sería mucho más soportable si tuviera a mi novio, Vic, conmigo, pero le había prohibido verme para no contagiarlo.
Estaba tan cómodo en el sofá bajo las cientos de mantas junto con gomitas y chocolate caliente mientras veía Supernatural, pero como si lo hicieran a propósito, alguien tocó la puerta y tuve que dejar toda mi comodidad para abrir la puerta.
—¿Qué haces aquí? —bufé en cuanto vi a Vic con la nariz completamente roja y temblando de frío.
—Yo también me alegro de verte bebé —respondió antes de besar mi mejilla y pasar.
—Te dije que no podías venir a verme —reproché, guiándolo hasta la sala de estar.
—Pero yo quería hacerlo, vamos, extraño a mi princesa —murmuró haciendo un tierno puchero. Él sabía que yo amaba que dijera que era su princesa, y estaba usando eso a su favor.
—Vic... —Antes de que pudiera decir algo más, estrelló sus labios contra los míos. Su lengua pidió acceso a mi boca, el cual negué, pero cuando sentí su mano apretar mi trasero jadeé sorprendido, dándole la oportunidad de recorrer cada centímetro de mi boca. Poco a poco fue inclinándose contra mí hasta que mi espalda estuvo recargada en el sofá y él entre mis piernas.
—Pa-Para —gemí en cuanto sus manos comenzaron a subir por debajo de mi camisa—. Voy-Voy a contagiarte.
—Kellin, no me importa si estás enfermo, no me importa si eres contagioso, te besaría incluso si estuvieras muerto —dijo, con la expresión más seria que había visto en toda mi vida, pero todo eso se derrumbó cuando sus manos comenzaron a bajar mi pantalón de pijama.
—Eres un idiota —sonreí, sabiendo que sólo había dicho eso para poder seguir.
—¿En serio? ¿Te digo que me volvería necrófilo por ti y me dices idiota? Hieres mis sentimientos princesa —murmuró, dejándome desnudo de la cintura para abajo.
—T-Tengo frío —me quejé.
—¿Qué te parece si te hago entrar en calor? —preguntó, mordiendo mi cuello antes de dejar un chupetón.
Asentí, sintiendo como una de sus manos envolvía mi pene y comenzaba a masturbarlo.
—Eres tan perfecto —susurró, quitando mi suéter y dejándome completamente expuesto ante él.
Con su mirada recorrió cada parte de mi cuerpo antes de hacer lo mismo con sus labios, haciéndome jadear con cada pequeño beso húmedo que dejaba a su paso.
Quité su camisa y toqué su piel caliente mientras trataba de contener mis gemidos. Él se deshizo de sus últimas prendas antes de tomar una pequeña botella de lubricante del bolsillo trasero de su pantalón.
—¿Venías preparado? —pregunté divertido, haciendo que mi novio se sonrojara y asintiera.
Uno de sus dedos entró en mí y esa sensación de incomodidad no tardó en aparecer, aunque se fue de forma rápida cuando agregó otros dos.
—V-Vic —me quejé, sintiendo como mi interior se expandía a medida que sacaba y metía sus dedos de mi interior.
—¿Estás listo bebé?
Me limité a asentir y no pude evitar arquear mi espalda de placer en cuando se hundió en mí. Era tan grande, pero claramente eso no era un problema para mí.
Se sentía tan bien tenerlo entrando y saliendo de mí a un ritmo lento y dulce. Sus labios buscaron los míos y callaron mis cientos de gemidos, pero no era mi culpa ser tan vocal.
—Shh, princesa. Los vecinos te van a oír —rio.
—¡Vic! —grité cuando su miembro tocó mi próstata, haciendo caso omiso a sus palabras.
—E-Eres tan hermoso, y s-sólo mío —gruñó, haciendo miles de chupetones en mi cuello y pecho.
—So-Sólo tuyo —gemí antes de correrme entre nuestros abdómenes. 
No tardó mucho para que mi novio hiciera lo mismo, sólo que en mi interior.
—Te amo —admití, recargando mi cabeza en su pecho.
—Yo también te am... —Se interrumpió a sí mismo cuando estornudó.
—Te dije que te contagiaría —murmuré, sin poder evitar reír ante la forma en que lo había hecho.
—Bueno, no me arrepiento de nada mi princesa —sonrió, tomando su mano en la mía y entrelazando nuestros dedos.
¿Podría ser este día más perfecto? Me di cuenta de que eso si era posible cuando Vic quiso pasar toda la tarde y noche viendo Supernatural conmigo mientras nos abrazábamos.


One Shots (boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora