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Algunos de tus medicamentos eran demasiado fuertes.

Tan fuertes,

que incluso terminabas peor.

También te administraban somníferos cada noche.

No soportabas estar despierta,

aunque tampoco te agradaba la idea de dormir.

Tenías pesadillas.

Mientras yo extrañaba tener tus brazos asfixiándome por las noches.

Irónico, ¿no crees?

Recuerdo perfectamente lo mucho que me quejaba de esa manía tuya.

Tal vez sólo te extraño a ti, Andromeda.


The unwritten story of Andromeda Gautier (TaSH #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora