Lagrimas de un lobo. Libro dos, saga de Slow Death.

5.

Marie se quedo perpleja ante lo que le dije.

- Acepto el juego, el que muera primero pierde -. Dijo Marie saliendo de ahí junto a sus cazadores.

- ¿Que ocurrió ahí? -. Pregunto James.

- No estaré toda mi vida sufriendo por una persona que no me ama y solo me quiere ver muerto -. Dijo observando todo regado en el piso debido a que habíamos tenido que neutralizar a los cazadores.

- Wow, nunca pensé escuchar eso saliendo de tus labios -. Dijo James sorprendido.

- Lo se, ella lo único que ah matado es mi amor por ella -. Dije aceptando dos cosas, sabia que seguía enamorado de ella pero enterraría mi amor en lo mas profundo de mi y aparte sabia que debía protegerme de ella y de sus cazadores.

- ¿Aaron? ¿James? -. Una silueta femenina apareció en el umbral de la puerta.

- Hola Clarise -. Dijo James observando a una amiga de una manada que se reúne cerca de esta ciudad. Clarise es una bella chica, eso lo admito, es alta, delgada, cabello negro algo largo, tez blanca como la nieve y unos hermosos ojos grises.

- ¿Que te trae por aquí, Clarise? -. Pregunte.

- Escuche gruñidos y vine a ver que ocurría -. Dijo Clarise abriéndose la chaqueta de cuero negro que traía, dejando ver que solo traía un top que dejaba al descubierto parte de su abdomen en el cual se podía contemplar un par de tatuajes que ella tenía. Clarise era una chica atractiva, pero no era de las típicas chicas que tenían buen cuerpo y se tiraban a cualquier hombre que veían.

- Estamos bien, solo un par de cazadores distraídos -. Dije sentándome en uno de los sillones.

- Bueno, entonces yo me retiro, los dejo chicos cuídense -. Fue cuando una loca idea cruzo mi mente.

- ¡Clarise espera! -. Grite.

- Dime Aaron -. Ella se volteo.

- ¿Te gustaría salir conmigo mañana en la noche? -.