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No podía sopórtalo más, era demasiada información y mi mente no podía procesarla con claridad. En una sola noche habían ocurrido demasiadas cosas.

– No lo soporto más, mi pequeña Meredith no llevaba mi sangre, no lo soporto, la crié, la ame y la perdí pensando que era mía. Pero no, no, ¡No! –. James se transformó en un lobo y salió corriendo.

– ¡James espera! –. Salí a toda velocidad persiguiéndolo, a los pocos segundos se perseguirlo ya me había transformado en lobo. James sabía que lo estaba persiguiendo, así que se escondía entre árboles frondosos, arbustos espinosos y rocas lastimosas. Era hábil, astuto y veloz cual zorro, cosa que yo no tenía, yo era impulsivo, fuerte y rápido como un león. Salí de mis cavidades mentales cuando noté que estaba perdido, estaba en un lugar demasiado familiar para mí. Rodee un árbol y note a lo lejos la cabaña que solía pertenecerle a Casandra.

No –. Pensé, estaba parado en el mismo lugar donde había perdido a mi familia y al amor de mi vida. Los recuerdos y las imágenes se clavaron en mi mente y en mi corazón como filosas dagas. Me concentré en encontrar el rastro de James, lo había perdido. Olfatee y olfatee hasta que encontré un pequeño rastro de sangre.

– Mierda –. Gruñí, sabía que era la sangre de James, corrí siguiendo el rastro hasta que llegue a un barranco. Le transforme en humano mientras buscaba desesperado a James, hasta que visualice su silueta en el borde del precipicio, mierda, él pensaba suicidarse.

– ¡James! –. Llame su atención.

– Vete de aquí Aaron, no trates de evitarlo lo haré. Ya no soporto estar sin Meredith, aunque no fuese de mi sangre era mi pequeña, y no soporto un minuto más sin ella –. Mi corazón se estrujo.

– No, James por favor, eres mi amigo, mi hermano no me dejes por favor. Ya una vez pensé que había perdido a un hermano, no quiero perder otro hermano –. Una lagrima todo por mi mejilla cuando recordé el día en que pensé que Michael había muerto, después de 10 años, el había regresado.

– Lo siento James, perdóname hermano –. Dio un paso al frente, estaba a pocos milímetros de la muerte.

– ¡No! –. Se tambaleó.

– Lo siento, adiós –.

Momento de suspenso, ¿ustedes qué creen que pase? ¿Quieren que James viva? Ustedes digan.

Lagrimas de un lobo. Libro dos, saga de Slow Death.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora