Capítulo 7

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No faltaba mucho para que la noche por fin cayera, el Alpha Oleg y su Luna habían llegado unas horas atrás. Fue extraño ya que no la presentó con la manada, solo la llevaba en brazos y sin dirigirle la mirada a nadie entro en su casa y cerró de un portazo.
No necesitábamos más. El Alpha no quería ser molestado.

La comida y la bebida que habíamos preparado por supuesto no fue desperdiciada, los guerreros había llegado a salvo y hasta uno de ellos había encontrado a su pareja. Era humana, muy hermosa pero con una expresión de tristeza que le romperia el corazón a cualquiera.

Ella estaba por voluntad con nosotros pero al parecer habían asesinado a su familia y estaba muy deprimida. Su nombre era Dina y podría asegurar que ella era tan linda por dentro como por fuera.
No dudaba que Erast la hiciese feliz.

Estaba encaminandome al bosque, quería encontrarme con Akim y solo allí podía asegurar que lo vería.

No me había alejado más de unos metros cuando Dema, uno de los más cercanos al Alpha, estaba obstaculizando mi paso.

-Czarina.- Me llamó Dema, tenia un tono de voz muy fuerte y amenazante, su contextura era gruesa y fuerte. Dema era definitivamente alguien con quien no quisieras meterte.

-Dema, ¿Qué haces aquí? Disfruta de la fiesta.- Dije, tratando de ocultar mi nerviosismo.

-Primero quiero hablar contigo, Czarina.- Dema era de esos hombres que jamás sonreían o bromeaba con otros guerreros, tampoco tenía una compañera, solo follaba con algunas de las prisioneras que atrapaban en batallas con otras manadas.

-¿En qu-ué podría yo ayudarte, Dema?

Ahora si estaba realmente nerviosa, algo no me pintaba bien.

-Czarina, necesito que vayas a tu casa y elijas todo lo que llevaras contigo. Yo cargare con todo, no te preocupes por la cantidad de cosas que consideres necesarias de llevar.

Apostaba que mi rostro en ese momento debió ser realmente cómico, aunque Dema sólo frunció el ceño.

-Dema, ¿De qué estas hablando? ¿Nos iremos? ¿Me están expulsando de la manada?

Miles de escenarios pasaron por mi cabeza y el que más me preocupo fue el hecho de que se hubiesen enterado de la existencia de Akim.

Dema gruño ante mis palabras, al parecer lo estaba exasperando pero ni siquiera sabía de que hablaba.

-Czarina.- Gruño, frunciendo el ceño.- Vendrás a mi casa.

-¿Porqué debería de ir contigo?- Exclame enfadada. Pero ¿Quién se cree que es?

-Czarina. No discutas conmigo.- Rugió, por instinto retrocedí unos pasos, pues en un abrir y cerrar de ojos, Dema ya estaba casi sobre Mi.- El Alpha Oleg me ofreció a una de las mujeres de la manada, te he elegido a ti, Czarina, soy lo suficientemente fuerte como para cuidar de ti. Se cazar, siempre he proveído a esta manada. No tendrás que trabajar más, sólo cuidarás de nuestro hogar, de nuestra familia.

Mis ojos se abrieron desmesuradamente, ¿En serio me estaba pidiendo que viviese con él? Bueno, en realidad no estaba precisamente pidiéndolo.

-Dema, es muy gentil de tu parte, pero yo aún tengo esperanza de encontrar a mi pareja.- Aunque ya la encontré, pensé. Estrujando mis manos y jugando con la tela de mi vestido verde.

-Czarina.- Atraje mi mirada a sus ojos y lo que vi me asustó. Sus ojos estaban completamente rojos de la ira y respiraba con dificultad. Trate de irme de ahí pero Dema me atrapó con facilidad.-No.- Gruño. Su voz ya no se escuchaba humana y su fuerza aumentaba a cada segundo. Dema estaba cambiando a su Lobo.

-Por favor, sueltame. ¡Auxilio!.- Grité, sintiéndome inmovilizada en sus brazos.

Dema me llevo dentro del bosque, podía escuchar el río correr a lo lejos, quizá Akim me escuchara aquí donde estábamos.

Sin ninguna consideración, Dema me arrojó al suelo, provocandome un horrible dolor en la parte trasera de mi cabeza.

Tenia mis ojos cerrados por el mareo, no supe el momento exacto en el que él se había quitado la ropa.

-Mía.- Me miró, recorriendo mi cuerpo de la forma más repugnante que alguna vez hubiese visto antes.

-No quiero, Dema. Déjame, sabes el castigo por forzar a una mujer.- Con el poco valor que me quedaba hable, pero él simplemente no me escucho.

-Nadie creerá que te force, Czarina. Después de todo, ¿No eras tú el juguete de los machos más jóvenes? Te elegí por que espero experiencia de ti, Czarina. No por que en realidad crea que eres digna de un macho fuerte como yo.

No dije nada, solo voltee la mirada para no darle el placer de verme llorar.

Una risa por parte de él fue lo único que escuche antes de que rasgara el hermoso vestido que Gena me había regalado hoy por mi cumpleaños dieciséis.

Czarina tiene un SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora