2: "Googlealo"

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Afilo la mirada, canalizando el deseo intenso de tener en la mano una cuchara con la que sacar sus apacibles ojos verdes de su inmaculado rostro.

-Lo repetiré sólo una vez más: Tú, pequeño bastardo, irás conmigo a Berkley-amenacé entre dientes.

Alexander se cruzó de brazos y apartó la mirada.

Sí, los dos estábamos actuando cómo pequeños idiotas.

-No vas a obligarme...

Alcé las cejas-. ¿Quieres ver cómo pateo tu trasero perfecto hasta Australia?-su rostro se desencajó.

-No quiero ir a Nerdkley-repitió, sabiendo que su tono de niño berrinchudo me hacía rabiar.

-No me interesa-repliqué cruzandome de brazos-, y es Berkley.

Alexander gruñó.

-¿Siquiera sabes cómo es Darkley?-preguntó con altruismo-. No sé a tí, pero a mi me suena a psiquiátrico de película de terror...

Hice una mueca, la verdad es que jamás había oído hablar del tal instituto hasta hacía unas pocas horas.

-¿Sabes qué?-suspiré cruzandome de brazos-. ¿Qué tal si nos dejamos de dudas y investigamos sobre Berkley?-propuse.

Alexander lo meditó un segundo llevándose el dedo índice al labio inferior.

-Dale pues, googlealo- cedió finalmente.

Una sonrisa satisfecha se apropió de mi rostro, corrí a buscar mi MacBook y me senté en el borde de la cama, encendiendola.

"Berkley" escribí en el buscador mientras Alexander se sentaba junto a mí, hundiendo la cama.

Al segundo un montón de noticias, artículos y demás informacion se extendió. Toqué el primer titular que llamó mi atención.

La pagina se abrió, un periódico europeo, abrí mis ojos cómo platos...

-¡Oh!-gritó Alexander-. Éso se mira interesante...-intentó quitarme el aparato pero lo aparté, poniendo mi mano en su nariz y empujando. (Chicas de todo el mundo, acabo de develar la técnica efectiva de evasión a grandes idiotas).

-Feto feo, fuera de mi jardín-gruñí empujandolo hasta que se dió por vencido.

Cuándo tomó distancia me dispuse a abrir la foto.

Se trataba de una linda chica aparentemente en paños menores, y dos galanes con rostros preocupados poniéndose en el camino de las cámaras.

"BragasBlancas", ni puta idea, me reí.

-Es Camille Casablancas-aclaró de repente el idiota a mí lado.

Una luz se encendió en mí cabeza, la había escuchado, sí, ahora la reconocía. Era modelo y toda la cosa...

-¿Ella estudia en Berkley?-chillé horrorizada-. Estoy jodida...

Alexander carcajeó a mi lado, cuándo quise ponerle un buen golpe en sus costillas él se movió rápidamente y me envolvió en un abrazo asfixiante.

Serenata Diurna | #YosoyBerkleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora