7. "Penes en la boca"

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Mil años mas tarde, cuando la escritora se digna a actualizar...

-¿Problemas maritales?-justo cuando estoy a punto de desencajarle la mandíbula a Alexander me interrumpe la voz aguda. Mis ojos chispeantes de furia viajan hacia el origen de la voz.
Detenidos a nuestro lado están una pelirroja y joven tan blanco como la leche. Nos miran curiosos, con las cabezas ladeadas como tratando de descubrir el por qué de nuestra complicada posicion.

-A mí me parece más una reconciliación...-añade el chico alto y delgaducho con un acento extraño medio robótico.

Aprieto mis manos en el cuello de Alexander evitando que se suelte y me afinco, dejando que mayor parte de mi peso caiga en mi rodilla que está convenientemente ubicada justo en la ingle de mi amigo.

-¡Ayuda!, ¡Me ataca la osa de Revenant!-se queja el en un gruñido y de inmediato estrello la palma de mí mano en su boca mientras él se retuerse con mayor fuerza bajo mí cuerpo. Siento una gota de sudor bajar por mi frente y decido que necesito tener las manos libres así que me apoyo en el cuello de Alexander y rápidamente envío mi pierda hacia adelante, afincandome solo en la ingle de Alexander, lo que hace que gima y se contraíga de dolor.
Ubico ágilmente mi pantorrilla en su cuello, lo que deja mis manos libres para ponerla en mis caderas y erguirme hacia los recién llegados.

-Coño...-gime Alexander, decido ignorarlo.

-Vale, sé que no es normal conseguirse a una chica en pijama rosa de conejitos...-empiezo pero soy interrumpida.

-¿Reinventando el camasutra a mitad del pasillo?-cuestiona la pelirroja.

-No-le doy una mala mirada-, en realidad iba a decir descojonando a su mejor amigo-aclaro.

-Ex-mejor amigo-gruñe con voz ronca Alexander desde el suelo, volteo a verlo, se está poniendo morado.

-Eso, Ex-mejor amigo-repito volviéndo hacia los extraños.

-A mitad de pasillo...-añade la pelirroja.

-Ajá, eso también...

-Y, disculpa si te parece entrometido-habla el chico alto que se apoya en las "r"-,pero, ¿sabías que tienes un pene dibujado justo junto a la boca?...

Sonrío hipocritamente cual gato de Alicia y asiento, Malhumorada ante el amargo recordatorio.

-Sí, es ese el culpable de mi estado de ánimo actual.

-Ese y *Andrés-gime Alexander.

-Si, cómo sea, descojono a mi ex-mejor amigo a mitad del pasillo llevando penes cerca de la boca, da lo mismo, sé que suena a circo pero no damos espectáculos gratis, así que circulen...-muevo mi mano de forma elíptica, es entonces cuando siento como Alexander
logra liberar sus manos de bajo mi pierna y hunde sus dedos largos en ella.

-¡Coño de la madre!-chillo metiendo mis uñas en su mano.

-¡A la mierda, maldita sea!, ¡suelta, suelta!-grita Alexander tomando mi cara con su mano libre y estripando mis mejillas.

-¡Marico, eso duele, guevón!-me quejo como puedo, ya que su mano no me deja hablar.

Molesta ya, hago un esfuerzo, trato de alcanzar su mano con mis dientes, aprieto el vientre, tenso el cuello, abro la boca y de pronto... se me sale un *peo.

Alexander y yo nos quedamos inmoviles durante un segundo, mirandonos a los ojos.

Escucho la puerta de la habitación abrirse de golpe.

-¡Celie!-la voz de Brizna suena jadeante e avergonzada-, perdonanos, sólo queríamos hacerte una novatada, por favor, no mates a Alexander...

Pero ya es muy tarde, la Brasileña se ve interrumpida cuando Alexander y yo estallamos en carcajadas.
Caigo sobre el pecho de mi amigo, ninguno de los dos podemos parar de reír.

Serenata Diurna | #YosoyBerkleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora