Hoy me levanto más temprano de lo requerido, quiero llegar antes que Madison. Mientras me cepillo pienso en lo hermosa que es, pero no como esas chicas superficiales, ella hermosa por el simple hecho de ser quien es.
Cuando salgo del cuarto mis padres y hermanos están en la mesa.
-Buenos días-dice mi padre-
-Buen día, papá.
-Tu mamá me dijo que hiciste una amiga.
-Sí.
-Deberías de traerla a casa.
-Su mamá es muy estricta, así que no creo que la dejen venir.
-Nada pierdes con intentarlo.
-Lo pensaré, ya me tengo que ir.
-¿Tan temprano?-dice mi madre-.
-Si, quiero llegar antes que Madison.
-¿Te gusta esa chica?-dice mi padre en tono burlón-.
-No creo que sea el momento para hablar de eso, papá.
Mi familia no es muy unida pero creo que estamos un poco mejor ahora. Pasamos por momentos tormentosos, como por ejemplo mi padre era un alcohólico, mi madre no paraba en la casa ¿pero como culparla?, si vivíamos una agotante vida. Y yo... tuve algunos intentos de suicidio. Estuve internado por un tiempo, no comprendo como llegue al punto de querer acabar con mi vida, quizás era porque vivía un infierno tanto en la escuela como en casa. No es de algo de lo que me sienta orgulloso, por lo tanto no hablo mucho del tema.
Mis padres decidieron mudarse para empezar una nueva vida, yo no hice reproche, me parecía interesante volver a empezar. Mi pasado quedo enterrado o al menos eso me hacía creer. Si todo esto saliera a la luz las personas no me mirarían igual, pensarían en lo miserable que alguna vez fue mi vida y sentiría lástima por mi; todos tenemos secretos que ocultar. Ahora ya no hay tantas discusiones pero todo el tiempo se la pasan en sus trabajo, apenas tienen tiempo para mi y mis hermanos.
Cuando llego al colegio me siento a esperar a que llegue Madison, ella me hace tan feliz. Mis días solo son buenos si ella estaba conmigo, tal vez suene como un idiota pero mirarla me hace saber cuanto la quiero. Quizá ella no sienta lo mismo pero me conformo con tenerla como amiga, sin duda eso es mejor que cualquier cosa. La veo bajar del autobús y de inmediato me acerco a ella.
-¿Son ideas mias o me estabas esperando?-dice con su característico tono burlón-.
-Tal vez-digo tratando de imitar su tono- ¿Cómo amaneces?
-Bien, supongo. Tengo una propuesta.
-Soy todo oídos- digo con el corazón en la garganta-.
-Dentro de unas semanas es el cumpleaños de uno de mis hermanos. Haremos un pequeño compartir, ¿te animas?
-Me encantaría. No quiero sonar como si estuviese desesperado pero...-No puedo creer que haga esto-.
-¿Pero?
-¿Me... Me darías tu número? Digo, solo para avisarte cuando llegue- "si, lo hice" me digo-.
Ella se ríe, me encanta hacerla reír.
-A veces pienso que no eres real-dice aguantando un poco sus carcajadas-.
-Yo también pienso que te estoy imaginando.
-Como sea, tenemos que ir a clases.
¡Maldición! Soné como un tonto.
Cuando vamos entrando a la escuela siento que ella me esta mirando, me siento un poco intimidado. Nunca sé que esta pasando por su mente, es tan impredecible, debe ser por eso que me gusta tanto. Es única y no se da cuenta de eso. Noto que Johan esta al frente del casillero de Madison, esto no es nada bueno.