Primer Día

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Primer día.

Apago la alarma de mi teléfono y me digo irónicamente, «oh genial, ya amaneció», me levanto y me cepillo los dientes, al salir mamá ya me tiene el desayuno servido.

-¿Cómo amaneciste?- me pregunta muy contenta-.

-Bien- digo entre dientes-.
-No puedo creer que ya estás en el último año- lo dice dándome un abrazo.

-Yo tampoco- me obligo a mi misma a mostrar una sonrisa-.

Termino de desayunar, me despido de mi madre y me voy. Espero que llegue mi transporte, afortunadamente hoy llego temprano, no es nada bonito que el transporte te deje, sobretodo si tu escuela está a 30 minutos de tu casa.

Al subir noto que unas chicas se burlan de mi ropa. Me siento un poco mal pero rápidamente desecho esa idea, sigo leyendo mi libro, me gusta mucho, creo que es una de los mejores libros que he leído aunque siempre pienso eso de todos los libros.

Al fin llego a la escuela ya quería salir de ahí, voy a mi casillero que está al lado de la dirección; tomo uno de mis cuadernos y me voy al salón. Los profesores me dejan estar dentro del aula porque saben que no tengo amigos, me han enviado con la psicóloga de la institución miles de veces, me han preguntado si tengo problemas en casa o sufro de depresión, a todas le he dicho que no,¿quién carajo pregunta si tienes depresión?. En fin,en parte es cierto lo que digo, no tengo ningún tipo de problemas ya que el problema soy yo. Mis pensamiento de única y diferente a veces me perturban.

Veo mis clases normal, hasta que por fin suena el timbre, eso quiere decir que tengo que ir a comer, el receso es la peor parte de la escuela, como siempre lo hago me pongo en el último rincón a comer. Es un asco mirar a tu alrededor y darte cuenta que no tienes a nadie.

06:00 pm ya me voy a casa, decido irme caminando así despejo un poco mi mente. Pienso en como sería mi vida si fuera como las demás chicas pero al mismo tiempo no quiero estarme insinuando como lo hacen ellas, se ve tan horrible; no sé si es que estoy loca o ellas se ponen demasiado maquillaje, parece como si se hubiesen colocado harina en la cara, al parecer así es que le gustan a los chicos que se maquillen como payasos.
El camino a casa es tranquilo, el viento hace que mis problemas se vean lejanos y ligeros.

Pongo las llaves en su sitio y me dirige a mi habitación.

-¿Cómo te fue en tu primer día de clases?- pregunta mi madre saliendo de la nada-. Espero que bien
-Hoy fue un buen día- ni yo misma me creía eso, mamá siempre dice que si logras establecer una amistad con alguien los primeros días de clases vas por buen camino, pero yo no vi a nadie nuevo y los que están me caen mal,o yo les caigo mal a ellos. En todo caso no importa.- Voy a mi cuarto .
-Que bueno que tuviste un buen día, deja de leer tanto que vas a quedar ciega, además no vas a ser ningún amigo mientras estés pendiente de ese libro.

Cuando me doy vuelta veo a uno de mis hermanos menores venir, yo extiendo los brazos para cargarlo, él es el único que no me ignora en esta casa siempre está pendiente de mi aunque solo tenga cincos años.

-¡Maddie! Te extrañe mucho- dice poniendo una gran sonrisa-.
-Yo también William- le doy un gran abrazo-.

-¿Por qué me dices William? Acaso... estas molesta conmigo, yo no he agarrado ninguno de tus libros.

La única manera que yo llame a mi hermano por su nombre es que este molesta con él,le muestro una sonrisa y digo.
-No, claro que no Will, solo es que estoy un poco cansada, mira lo que te traje-saco unos caramelos de mi bolsillo-.
-Gracias hermanita- me da un abrazo- . ¿Puedo ir contigo a tu cuarto?
-Si me prometes que me dejaras leer tranquila.

-Pero primero jugamos un ratico- yo muevo la cabeza asintiendo-. ¡Sí! -Dice él subiendo las escaleras-.

Mi otro hermano las va bajando.
-Madison.

-Hola Robert.- sé que él se avergüenza de mí, no me saluda cuando esta con su amigos y me ignora cuando estoy en casa; paso por un lado para poder llegar a mi cuarto-.

-¿Hoy también actuaste como una asocial?- dice irónicamente-. No te puedes esconder para siempre en tus libros.

-Tal vez no, pero por lo menos yo no humillo a ninguno de ustedes, ni mucho menos me avergüenzo.
-Pero como quieres que no me avergüence de ti ¡si eres una adolescente inmadura! O acaso es normal que te quedes todo el día en tu cuarto,solo piensas en tus tontos libros y en tus estúpidas escrituras ¿¡crees que llegaras alguna parte con ellas!?- siento como mis ojos se llenan de lágrimas, hago un esfuerzo para no llorar, me aclaro un poco la garganta pero antes de que yo pudiera responder el vuelve a hablar- A nadie le interesa tus estúpidos poemas.

-¡Perdón! Perdón por no ser la hermana que quieres- lágrimas corre por mis mejillas, ya es demasiado tarde para contenerlas-No puede pretender ser alguien que no soy- mi voz cada vez es más alta- yo jamás me avergonzaría de ti, porque a pesar de todo te quiero, no soy perfecta, Robert.

-No pido que seas perfecta por lo menos se normal.

-¿Y qué es exactamente normal?-No aguanto más me voy a mi cuarto y cierro la puerta con brusquedad, me tiendo en mi cama;soy incapaz de hacer que mi hermano se sienta orgulloso de mi, debería de ser su ejemplo, sin embargo soy una decepción y no es solo eso también sé que mi madre piensa que no llegaré a ningún lado por ser demasiado sensible con todo, finalmente me quedo dormida, envuelta en llanto y decepción.

«¿Por qué no encajo ni siquiera en mi familia?».
A veces acostarse entre lágrimas puede traer las peores pesadillas.



No todo es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora