¿El Fin?

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¿Tardaste mucho, no crees? Llevo tanto tiempo esperando por ti, al fin encuentro la paz que esperaba... al fin encuentro la paz que siempre busque y nunca encontré en aquel mundo tan carecido de amor . Ya no hay mas dolor, ya no hay nada que temer.

Lo siento mamá, lo siento David pero no quiero volver. Estoy tan cansada de pensar, de vivir, de siempre ser la mala, simplemente estoy cansada de todo lo que me rodea. Espero que entiendan... ya no puedo mas, déjenme ir.

-Aún no es tu tiempo- dice una voz-.

-Por favor-digo mientras intento descifrar de donde proviene esa voz-.

-Oh pequeña se que no quieres volver pero aun te falta mucho por vivir.

-No quiero esta vida, no quiero ninguna vida.

-Es hora de despertarse...

-¡NO!

Siento como mi pulmones se llenan de aire, como la sangre circula por mis venas. Cada respiración hace que mi pecho duela, «Estoy viva»me digo, siempre hay dolor al despertar. Abro mis ojos y noto de inmediato que no estoy en la escuela, veo a mi mamá recostada en un sillón... parece cansada como sino fuera dormido en días. Intento sentarme pero un dolor intenso me lo impide. 

-Hija...-dice mi mamá mientras se acerca a mi- Mi niña, ¿Cómo estas?

-Bien,supongo «me desmaye mamá creo que no estoy del todo bien»-¿Dónde estoy?

-En el hospital, ¿acaso no recuerdas lo que pasó?

-Estaba con David y luego todo se volvió borroso- hago una mueca de dolor-.

-Pensé que te iba a perder- lágrimas corren por sus mejillas-.

 -Tranquila mamá, ya estoy bien.

-No, no estas bien. Te dije que tenias que comer pero no me hiciste caso. Llevas aquí casi seis días.

-Lo siento mamá, lamento hacerte pasar este mal rato.

-Claro que no Madison, tu no sientes nada.

Siento un nudo en mi garganta, no quiero llorar... me prometí no llorar frente a nadie.

-Mamá...

-Espero que empieces a valorar la vida.

¿Cómo le dices a alguien que amas que ya no quieres vivir? 

-Cambiando de tema- seca sus lágrimas- Ese chico... David no ha dejado de venir ni un solo día.

Pongo una sonrisa tonta que trato de ocultar.

-¿Amas a ese chico, verdad?

-¿Amarlo? No lo sé...

Él si te ama.

De pronto alguien la puerta con mucho cuidado.

-Maddie-dice corriendo hacia mi- Pensé...-su voz se apaga y me abraza, siento como su áspera barba pinchan mis mejillas. Dios, luce muy mal- Yo pensé...

-Ya estoy bien-digo tratando de calmarlo-.

-Hablare con la enfermera, ya vuelvo- dice mi mamá intentando no sonar grosera-.

-Maddie no vuelvas hacer eso.

-¿Desmayarme?- digo sarcástica-.

-Sabes muy bien a lo que me refiero, tienes que cuidarte.

-David te quiero pero no necesito que se preocupen por mi.

-No puedes pedirme que no me preocupe por ti.

-Sí, si puedo y de hecho lo estoy haciendo.

-No voy hacer eso-me vuelve a abrazar- 


-Hay tanto dolor-le grito al vacío-.

-A menudo, el dolor nos hace sentir una horrible sensación de soledad-me responde una voz extrañamente conocida-. 

Veo como se acerca la silueta de hombre. Creo saber quien es...

-Madison Rose-dice en un tono amable- Mi Madison.

-David...-antes que pueda continuar me besa. Sus besos siempre eran tiernos y cálidos-.

-Por favor te vuelvas a ir.

-Me quedaré... me quedaré por ti, lo prometo.

De pronto David cae, su camiseta esta manchada de sangre. No tengo la menor idea de que le sucedió.

-Estarás bien-digo desesperada- Todo va estar bien.

Sus hermosos ojos café empiezan a perder su luz.

-David por favor...

Despierto con el corazón latiendo rápidamente, observo a mi alrededor y todo parece estar bien. Al aparecer solo fue un sueño, un horrible sueño.

Estos últimos meses han sido agobiantes, desde que me desmayé mi madre me obliga a comer... dice que no quiere pasar por eso otra vez, y como culparla yo tampoco quiero que eso pase.

La verdad varios de mis malos hábitos han desaparecido, trato de comer aunque a veces me den unas ganas de vomitar terribles. Algún día todo esto será parte de mi pasado.

Faltan exactamente dos semanas para mi cumpleaños. Nunca entiendo el motivo de celebración de los cumpleaños.

¿Estoy celebrando un año más de vida o un año menos para mi muerte?

De todas formas mi madre insiste en querer hacer una pequeña reunión.

-Maddie- dice mi mamá abriendo la puerta de mi habitación- Alguien vino haberte.

-¿Quién?- pregunto de malhumor-.

-Es mejor que veas por ti misma.

No sé quien rayos vino a visitarme pero me ha hecho levantarme de mi hermosa cama así que es mejor que tenga una buena escusa para no mandarlo a la mier... Oh por Dios es David. Trato de arreglar mi cabello que esta en una maraña.

-Bonita pijama- dice con una sonrisa-.

-Muy gracioso-digo sarcástica.

La verdad es que mi pijama es el bochorno, las chicas que usualmente pretende no tener sentimientos no tienen pijamas con dibujos de pandas.

-En serio, te sienta bien esos lindos panditas-suelta una pequeña carcajada-.

-¿Seguirás burlándote de mi pijama todo el día?

-No es para que te enojes-intenta darme un abrazo- Solo bromeo.

-Como digas-digo enojada- Ahora iré a desayunar.

-Es que a eso vine-noto como su respiración comienza a acelerarse, me mira de aquella manera que tanto me gusta... Dios, sus ojos. Sus hermosos ojos deberían ser la octava maravilla del mundo- Quiero llevarte a comer algo.

-Esta bien- trato de no sonar entusiasmada, no quiero ser como aquellas chicas que pierden el control porque un chico las invito a salir- Solo dame diez minutos.

Subo las escaleras lo mas rápido que puedo pero antes de llegar a mi habitación escucho a David llamarme.

-Dime...

-Te quiero.

-Oh vamos, solo me llamaste para eso- digo en tono de broma- También te quiero.

Se me forma una sonrisa tonta en la cara que velozmente trato de ocultar.

Una vez lista me hecho un pequeño vistazo en el espejo, ya no estoy tan demacrada como antes pero mis ojos siguen triste. Es como si el dolor que llevo dentro se desbordara, nadie parece notar que estoy mal pero yo sé que lo estoy. Tal vez la tristeza se sobrelleva con malhumor.
















No todo es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora