La pintura.

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Hoy es el día que tengo que entregar la pintura para la clase de arte. Estoy un poco nerviosa ya que no se me da muy bien todo eso, no he hablado con David en toda la semana. Me siento mal por él, toda mi vida las personas se han ido sin darme ninguna explicación y ahora yo se lo estoy haciendo a esta increíble persona que no ha hecho mas que darme una gran felicidad en pocos días.

A veces lastimamos a quienes nos aman. Me quedo mirando la pintura por algunos segundos, me doy cuenta de lo tarde que es. Afortunadamente llego antes que el autobús arranque.

Voy directo a mi casillero, y guardo la pintura. Cuando me doy vuelta veo que David se acerca.

-No podemos seguir así-dice clavando sus ojos en mi-.

-¿Así cómo?-digo malhumorada-.

-Madison-hace una pausa- Lo que paso la otra vez...

-Lo que paso la otra vez quedo en el pasado, ahora por favor voy tarde a mi clase.

-¡Vamos a la misma clase!-grita este frustrado, todos se nos quedan viendo-.

-Primero baja la voz y segundo no tengo tiempo para estar escuchando tonterías.

-¿Tonterías?-Pregunta resaltando la amargura en su voz- ¿Ahora lo que digo son tonterías?

-David, por favor. Lo siento... no quise decir eso.

-¿Sabes qué es lo peor?- niego con la cabeza- Que no importa cuantas veces me rompas el corazón, yo te voy a seguir queriendo igual y quizás mas desde la primera vez que te vi-Me he quedado rígida, las palabras no salen- Te estoy diciendo que te quiero y tu no dice nada...-dice mientras se acerca a mi-.

-Nunca he sido buena expresando lo que siento- me alejo rápidamente de el- Ya va a empezar la clase.

Nos dirigimos al salón. David tiene su pintura envuelta en una tela.

-¿Qué dibujaste?-pregunto tratando de sacar tema de conversación-.

-Dicen que las cosas buenas se les dan a las personas que saben esperar- volteo los ojos y se me sale una risa sarcástica- Me encanta hacerte reír.

-Últimamente no tengo motivos para reír.

-Eso lo podemos arreglar.

-¿Ah si, cómo?

-Pues lo estoy pensando, muchos logran sacarte una sonrisa pero muy pocos logran mantenerla.

-Es lo mas coherente que haz dicho hasta ahora- él se ríe- Vamos, ya quiero ver que dibujaste.

-Paciencia pequeña saltamontes. ¿Es tu hermano Will, verdad?- dice mientras observa mi pintura-.

-Si, me agrada verlo sonreír. Creo que es la única persona que me quiere sin ningún tipo de interés...

-Yo te quiero.

-Lo sé.

-No me esperaba esa respuesta- dice desconcertado-.

-Lo siento.

-No pasa nada.

Cuando llega la profesora de arte no puedo evitar reírme, siempre esta muy desarreglada. Su manera de caminar es muy graciosa y peculiar.

-Buenos días-dice mientras se arregla la camisa- En la clase de hoy hablaremos de sus pinturas. ¿Quien quiere comenzar?- nadie alza la mano- Perfecto, que tal si empiezas tu Madison.

Me levanto y respiro profundo, nunca se me ha dado esto de expresar mis sentimiento y menos delante de desconocidos.

-Bueno... yo pinte a mi hermano Will-tomo nuevamente aire, estoy muy tensa- Lo dibujé porque es la persona que mas quiero, además su sonrisa hace que mi día sea bueno a pesar que fuera sido terrible.

No todo es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora