Entramos en la enfermería del colegio, está desierta. Alec coge el botiquín y empieza a sacar gasas y vendas.
-Gracias por salvarme antes.
-De nada pequeño, no tiene importancia.
-Has recibido golpes por mi culpa, no digas que no tiene importancia.
Se me acerca y me desinfecta las heridas. Me limpia la sangre del labio con algodón.
-Entonces me debes un favor chico.
-Trato hecho.
Salimos del colegio y me acompaña a casa, me duele todo el cuerpo.
Al llegar a la puerta de casa, le pido a Alec que me ayude a entrar en casa y que mis hermanos no me vean en este estado.
Abro la puerta de casa y oigo a mi hermano desde la cocina.
-¿Will, eres tu?
-Si Finnick, ha venido alguien a verte.
Alec va junto a mi hermano en el momento en que este va a salir a recibirme.
- Me voy a acostar ya, no me encuentro muy bien.
-Qué quieres, que te vaya a dar el beso de buenas noches.-me dice bromeando.
-Es lo mínimo que esperaba.
Jace está trabajando así que no tengo que preocuparme porque me vea. Subo al piso de arriba y me encuentro con la mirada asustada de Prim.
-¿Qué te ha pasado?
-Nada Prim, vuelve a la cama y ni se te ocurra contarle nada ni a Finnick ni a Jace. Será un secreto entre nosotros.
-Vale.
Me meto en la cama y consigo dormirme a pesar del dolor.
A la mañana siguiente me escaqueo
diciendo que he quedado con Hermione y me voy al parque enfrente de mi casa a leer un libro.
-Los moratones ya estan volviendose amarillos, eso quiere decir que se están curando.
-¿Alec, qué haces aquí?
-Venía a ver como estabas.
No puedo evitar ruborizarme.
-¿A mí?
-En realidad solo pasaba de camino al gimnasio. Tengo que irme, nos vemos luego chico.
-Claro, hasta luego.
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Los reveses del destino.
JugendliteraturEn esta historia he querido combinar varias de mis sagas de libros favoritas. Espero que la gente lo disfrute tanto como yo escribiendola