Capitulo 4.

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Entramos en la enfermería del colegio, está desierta. Alec coge el botiquín y empieza a sacar gasas y vendas.

-Gracias por salvarme antes.

-De nada pequeño, no tiene importancia.

-Has recibido golpes por mi culpa, no digas que no tiene importancia.

Se me acerca y me desinfecta las heridas. Me limpia la sangre del labio con algodón.

-Entonces me debes un favor chico.

-Trato hecho.

Salimos del colegio y me acompaña a casa, me duele todo el cuerpo.

Al llegar a la puerta de casa, le pido a Alec que me ayude a entrar en casa y que mis hermanos no me vean en este estado.

Abro la puerta de casa y oigo a mi hermano desde la cocina.

-¿Will, eres tu?

-Si Finnick, ha venido alguien a verte.

Alec va junto a mi hermano en el momento en que este va a salir a recibirme.

- Me voy a acostar ya, no me encuentro muy bien.

-Qué quieres, que te vaya a dar el beso de buenas noches.-me dice bromeando.

-Es lo mínimo que esperaba.

Jace está trabajando así que no tengo que preocuparme porque me vea. Subo al piso de arriba y me encuentro con la mirada asustada de Prim.

-¿Qué te ha pasado?

-Nada Prim, vuelve a la cama y ni se te ocurra contarle nada ni a Finnick ni a Jace. Será un secreto entre nosotros.

-Vale.

Me meto en la cama y consigo dormirme a pesar del dolor.

A la mañana siguiente me escaqueo

diciendo que he quedado con Hermione y me voy al parque enfrente de mi casa a leer un libro.

-Los moratones ya estan volviendose amarillos, eso quiere decir que se están curando.

-¿Alec, qué haces aquí?

-Venía a ver como estabas.

No puedo evitar ruborizarme.

-¿A mí?

-En realidad solo pasaba de camino al gimnasio. Tengo que irme, nos vemos luego chico.

-Claro, hasta luego.

Los reveses del destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora