Los reveses del destino.

Capítulo 16.

Oigo unas voces a mi alrededor, son ásperas y desagradables

-Mira lo que tenemos aquí un asqueroso alae y un vampiro, seguro que la dama Farore nos recompensa por ello

-Ni hablar serán para la dama Din.-responde otra voz un poco mas grave.

Noto que algo o más bien alguien tira de mi y me arrastra hasta que vuelvo a perder el conocimiento.

Me despierto sobre una cama color azul sorprendentemente cómoda. Me incorporo y miro a mi alrededor, es una habitacion azul espaciosa con una mesa y varias sillas azules y sobre ella un banquete de comida azul, desde pollo, patatas, estofado... pero todo es azul, incluso la ropa de dormir que llevo, deben de haherme cambiado. lo unico que no es azul es mi ropa de cazador y mi mochila que descansan sobre  un sofá azul celeste.

Me cambio de ropa y abro una de las dos puertas que hay y da a un baño completamente azul, me lavo la cara y me miro al espejo incluso el espejo me devuelve una imagen azulada. Entonces es cuando me doy cuenta de que estoy hambriento.

Me acerco a la mesa y pruebo una patata azul marino con desconfianza.

Saben incluso mejor que las normales. Me pongo a engullir cuando la otra puerta se abre y entra dos criaturas extrañas, son como bolas peluda, con alas como de ángel y el otro alas de murciélago tienen un solo ojo grande de color azul y rojo respectivamente, un par de orejas peludas, unas garras en lugar de pies y unas largas colas terminadas en punta. Abren la boca mostrando dos pequeños colmillos y dicen con voz aguda.

-La dama Nayru le esta esperando.

Me guian por una serie de pasillos azules hasta llegar a una habitacion con una imponente puerta de oro que por alguna razon no es azul, al entrar me sorprende que la habitación sea completamente blanca, al final de ella sobre un trono con cojines hay una chica con alas transparentes como las de una libélula.

A su alrededor más criaturas como las que me acompañan la abanican con sus alas y la alimentan con pequeñas frutas azules.

La miro a los ojos, unos penetrantes ojos azules que parecen albergar en ellos todo tipo de tonos de azul. Tiene la piel blanca e impoluta, El pelo azul le cae en cascada hasta la rodilla.

Lleva un vestido azul con adornos

y un colgante terminado en un zafiro en forma de lágrima.

Es de una belleza infinita, no parece de este mundo.

En cuanto se fija en mi suelta una risa

-Bienvenido joven cazador.