Capítulo 20.

11 2 0
                                    

Alec está muy callado durante el viaje, lo único que se oye es el sonido metálico de la armadura cuando se mueve, según Din esa armadura repele el calor asi que es perfecta para el desierto.

Tras tres horas caminando llegamos a una zona negra como cuando vinimos solo que aqui esta destruida, hay brechas que dan al vacío.

-Tened cuidado aquí.-dicen Ying y Yang.-Un paso en falso y estareis muertos jijiji.

Camino con cautela, el suelo no parece muy estable. Hay zonas que se tambalean o se derrumban cuando las pisas.

Miro a Alec, va mirando al suelo con cuidado.
No puedo evitar sonreír, se iba a casar con una loca tan solo para protegerme... protegernos, a Jacob y a mí.

Intento no hacerme ilusiones pero cada vez que le miro a los ojos, me pierdo en ese azul, creo que podria pasarme horas perdido en esos ojos y a veces siento ganas de... me sonrojo al instante.- no puedo pensar en el de esa manera, no está bien.

De repente al apoyar el pie, el suelo se dertumba y yo me precipito al vacío. Creo que es mi fin hasta que noto unas garras cerrandose en torno a mis brazos, Ying y Yang están intentando subirme, cuando creo que lo van a conseguir mi peso vence el poder de sus pequeñas alas.

Miro hacia arriba, Alec se ha tirado detrás mía, pero hay algo raro, no esta cayendo, esta volando hacia mí. de su espalda nacen un par de alas, que parecen hechas de la más pura luz.

Me sujeta por los brazos y sube hacia arriba.

Me deposita suavemente al otro lado del camino y aterriza a mi lado. Parece enfadado.

-En que estabas pensando? .-me dice gritando.- podrías haber muerto.

-En ti.-digo sin pensar. Las mejillas se me ponen rojas al instante. Él desvia la mirada azorado.- en ti y en Jacob, que debemos reunirnos cuanto antes.

No ha sonado convincente así que cambio de tema enseguida

-Como has hecho eso? Te salen alas?

Su rostro se relaja un poco.

-Ni yo mismo lo sabía.

-Y te tiraste detrás de mí sin saber que volabas?

-Bueno una voz dentro de mi me dijo que lo hiciera, además mi deber es protegerte.

-Gracias por salvarme

Él me sonríe.

-Venga debemos continuar Jacob nos espera además todavía debemos encontrar la solución a lo de Finn. Cuando dejamos atrás el camino negro llegamos al lugar más bonito que he visto nunca. Una pradera verde salpicada de flores de todos los colores inimaginables, árboles con todo tipo de frutas, un castillo rodeado de enredaderas y matas silvestres.

Me acerco a una mata de moras y arranco un par de ellas y me las como, el líquido me mancha los dedos de azul.

Saben increíblemente bien.

-Que has hecho?.- dice Ying horrorizada.-has arrancado una fruta del jardin prohibido de Farore.

La puerta se abre y aparece una niña pequeña con el pelo verde recogido en dos trenzas, lleva un vestido verde y en la mano lleva un báculo que le dobla en tamaño.

Hace un movimiento con él y unas lianas nos atan.

-Quien osa entrar en mi jardín y robar mis frutas.

-Os pido disculpas dama Farore, tenéis un jardin precioso solo comparable a vuestra belleza y esas frutas perfectas. No pude refrenar mis ganas de comer una.

Parece satisfecha con el cumplido.

-Haberlo dicho antes, pasad, sereis mis invitados. Flora, llevalos a sus habitaciones

Los reveses del destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora