En Corea se cuenta que había una vez una maestra muy hermosa pero muy amargada y mala con sus estudiantes.
En su clase, había un chico que estaba perdidamente enamorado de ella, aún sabiendo como era ella.La maestra era consciente del sentimiento del chico y rompió su corazón mientras lo humillaba por sus bajas calificaciones.
El pobre muchacho no soportó tal acto y se suicido. A la maestra no le importo para nada lo sucedido y con una pluma roja tachó el nombre del estudiante en la lista.Un día, la maestra tuvo que quedarse trabajando hasta tarde. Cuando salió del salón, se encontró a un estudiante de espaldas en el pasillo.
Le pareció extraño que un estudiante estuviera allí a esa hora, así que lo llamo. El joven volteó la cara y cuando la maestra lo vio, se desmayó al ver que la cara del chico tenia una cortada roja en la cara, muy similar al tachón que había hecho sobre el nombre del estudiante.
En Corea, se acostumbra a escribir con tinta de color rojo el nombre de las personas muertas en los documentos.
Por lo tanto, se considera de mala suerte que escribas tu propio nombre con tinta roja.