5. promesas renaciendo

1.1K 193 46
                                    


Su historia se había desarrollado de manera natural. Continuaban viéndose cada sábado por la mañana hasta el momento en que Harry debía irse debido a que en casa le hacían estudiar antes del almuerzo. Y Louis no tenía ningún problema con ello, porque a pesar de que le gustaría tenerlo por más tiempo, le emocionaba la idea de que tuviera la oportunidad de hacer algo que él no había conseguido.

Con el paso del tiempo ambos sabían más sobre los otros, como por ejemplo; ahora Louis sabía que Harry había abandonado Holmes Chapel al finalizar la guerra para que así pudieran mejorar su calidad de vida. Louis por el contrario, había vivido desde muy pequeño ahí mismo, y a pesar de que ambos se resguardaron en diferentes lugares durante las catástrofes que inocentes vivían obligatoriamente, habían acabado en el mismo parque, a la misma hora. Por lo que Louis no podía estar más agradecido.

Y es que para las personas de sus alrededores ambos chicos mantenían una relación entre amigo/amigo bastante simpática. Pero en realidad, ambos sabían que algo más fluía en el ambiente cuando sus miradas se encontraban.

Quizá era la manera en que Louis se inclinaba para recoger cualquier flor preciosa que se cruzara en su camino, o quizá era la forma en que los hoyuelos del rizado se posaban a los costados de sus mejillas cuando el oji-azul decía cualquier tipo de broma.


Ahora, ambos caminaban por las aceras de las avenidas que normalmente solían concurrir. El tiempo se les agotaba con los pasos que daban.

—Entonces un día tendrás que prestarme ese libro, Tomlinson.

Louis había finalizado un grandioso libro sobre una chica que descubría una casa en lo más profundo del bosque tras huir de su casa, y había sobrevivido en ése mismo lugar por sí misma.

—¡Claro! Y te juro que es bueno.

Harry estaba encantado observando cómo las palabras lucían tan hermosas al ser pronunciadas por los labios tan finos de aquel chico.

—Te creo. Lo hago.

En el momento en que el sol llegó a su punto medio ambos se dieron cuenta que era momento de despedirse al igual que cada mañana.

Sonrisas sonrojadas aparecieron. Risillas apenadas surgieron. Y la promesa de encontrarse la siguiente semana renació una vez más.


"Tu salario no es amor, y tus palabras no son amor. Tus ropas no son amor, y sostener nuestras manos no es amor. El sexo no es amor, y un beso no es amor. Las cartas largas no son amor y un simple texto tampoco lo es. Las flores no son amor, ni una caja de chocolates es amor. Las puestas de sol no son amor, ni mucho menos una fotografía. El olor de alguien más en una de tus almohadas no es amor, ni el sentimiento de su piel tocando tu piel. Los dulces con forma de corazón no son amor, y un día de fiesta en el extranjero tampoco es amor. La verdad tampoco lo es. Y ganar un argumento mucho menos es amor. El café caliente no es amor, y las baratas cartas de amor compradas en las tiendas no son amor. Ni las lágrimas ni las risas son amor. Una cabeza posada sobre un hombro no es amor. Los mensajes escritos en la portada de los libros dados como regalos no son amor. La apatía y la insensibilidad no son amor. El dolor en tu pecho no es amor. Apretar tus puños no es amor. La lluvia no es amor.

Únicamente tú. Únicamente tú, eres amor.



N/A: las lecturas disminuyeron más de la mitad u_u ¿ya no les gusta lo que escribo? 


picking flowers · (ls)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora