(Narra Dominga)
Me desperté sin entender nada. Estaba abrazada a Toño y desnuda. Me dolía la cabeza como mil demonios y por un momento creí que tenía que vomitar.
Empecé a hacer memoria para poder entender qué hicimos. Recordé que fuimos a dejar a María y a Marco, vimos una película, nos bañamos en el lago, nos duchamos, me sequé el pelo y....
¡Nos emborrachamos! Tenía imágenes borrosas de cosas. Una de esas los dos acostados. No lo podía creer, no usamos protección. Las ganas de vomitar se apoderaron de mi. Tomé una polera de Toño que estaba a mi lado y me la puse, me llegaba hasta los muslos. Saqué todo el alcohol que tenía dentro y luego me lavé los dientes.
Entré nuevamente en la pieza en busca de mi ropa interior. Vi a Antonio durmiendo, me dieron ganas de abalanzarme sobre él, pero tenía que controlarme. No puede evitar despertarlo, había una pregunta que me estaba carcomiendo el cerebro.
Antonio, despierta, rápido -lo moví un poco pero él sólo respondió abrazándome y dándome besos. Podía sentir su olor a alcohol en la boca, no era nada de rico-. Toño, es urgente, para.
¿Qué pasó? -me preguntó sin soltarme. Si yo no entendía nada cuando me desperté, él menos. Se quedó unos minutos en silencio, haciendo memoria hasta que esbozó una sonrisa y me miró-.
Tonto -le dije y le pegué en el brazo-. Te tengo que hacer una pregunta, no me acuerdo de algo y necesito que me digas si te acuerdas.
Me acuerdo de todo -se ganó otro golpe más- jajaja -rió, pero yo estaba muy preocupada- ¿Cuál es la pregunta?
Anoche ¿Ocupaste condón? -su cara se transformó y mi estómago se apretó hasta que sentía que desaparecería- Noo, por favor dime que es una mentira.
Me encantaría -dijo y me abrazó. Conté los días en el baño después de votar todo y sí, estaba fértil- no me digas que te quedaste embarazada.
No lo sé, tengo que hacerme el test. Todo lo demás indica que sí puedo estar embarazada -me empecé a poner a llorar, no quería un hijo todavía-. Tengo miedo.
Tranquila, vamos a ir juntos a la farmacia y si sale positivo, te prometo que te voy a ayudar en todo, no te voy a dejar sola nunca en mi vida -lo dijo con un tono de voz tan seguro, eso era todo lo que necesitaba. Sabía que él también debía estar asustado, pero por lo menos no lo demostró en frente mío y eso me tranquilizó un montón-. Te quiero mucho.
Yo también -le respondí-.
Nos duchamos, vestimos y ordenamos todo. Ninguno había visto la hora, pero no nos preocupamos. No debería haber sido tan tarde. Antonio me dijo que después de almuerzo me iba a acompañar a la Farmacia y que iba a estar ahí para ayudarme en todo. Aún no sabía si estaba embarazada o no, pero tenía miedo igual.
Salimos de la pieza y vimos que estaban todos almorzando en el comedor.
¿Qué hora es? -preguntó Toño sin soltarme de la mano-.
Las cuatro -respondió Zara- ¿Por qué se despertaron tan tarde?
Zara, cuando llegamos habían por lo menos tres botellas vacías ¿Te responde algo? -le dijo Martina con voz de risa-.
Aaah -dice Zara-.
Recuerdos de anoche vienen a mi cabeza. Recordé a Antonio hablándome de nuestro futuro. Eso hizo que se me apretar la guata.
¿Cómo estuvo ayer? -preguntó Antonio. No me soltaba la mano, la teníamos agarrada bajo la mesa-.
Muy bueno. Cantamos karaoke la Martina y Pedro se lucieron -respondió Clemente-.