Capítulo 4: Ejército

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Sasuke Uchiha

Había pasado un año desde que estaba aquí haciendo la instrucción militar, se me daba bien o eso decía mi tío Madara. Era de noche y miré por la ventana las nubes tapar las estrellas y la luz de esa luna llena que hoy no parecía querer asomarse, como dijo mi tío cuando llegué la primera vez... aquí llovía casi de continuo. Pocas veces vi el sol estando en este condado, aún así, me daba la sensación de que me había acostumbrado a este clima, la lluvia cada vez me gustaba más y ver el cielo lleno de nubes me daba una sensación de paz.

Me giré en la cama hacia la ventana y pensé en el día que llegué. No conocía a mi tío, al parecer no se llevaba bien con mi padre y poco tiempo después descubrí que él trató por teléfono de convencerle para que desistiera de esa loca idea de mandarme en avión a esas horas, pero aquí estaba, al menos alguien de la familia me quería y consideraba a mi tío como ese padre cariñoso que no tuve. Para mí... Fugaku Uchiha era la sombra de alguien al que no conocía, un mero desconocido que no me importaba nada, ya no era nada mío y no consideraba que él me rechazase como hijo, yo lo rechazaba como padre, porque Madara siempre sería mucho mejor padre de lo que él fue.

La primera vez que mi padre mencionó que me traería al ejército me asusté, ahora que lo había vivido, me gustaba. Era duro, nos levantábamos cuando no había cantado ni el primer gallo de la mañana, tenía las manos llenas de callos, había sudado sangre y al final, estaba aquí ascendiendo, quería llegar por lo menos a sargento y seguiría tratando de alcanzar mi objetivo. Sargento tampoco era un rango muy elevado, mi tío era Teniente-coronel, un rango mucho más respetado que el mío y quizá mi sueño era poder llegar a ser algún día como mi tío.

Sé que sus tropas lo respetaban, todo su escuadrón estaba encantado con él, era duro estar bajo sus filas, pero yo ansiaba estar en ellas. A veces pensaba en mi hermano, bueno... casi siempre pensaba en él. Tenía un gran dolor en el pecho cuando lo hacía y es que por un lado, las lágrimas saltaban de mis ojos por no tenerle cerca, por no poder verle, sabía que le amaba pero por otro lado... empezaba a odiarle, no me había buscado, no me había llamado, no había hecho nada por saber de mí, había pasado un maldito año y no sabía nada de él.

Miré el teléfono móvil en mis manos, le había escrito cientos de mensajes pero nunca contestaba, le había llamado pero nadie contestaba. A veces pensaba que mi padre pudo haberle arrebatado ese móvil y que le ocultaba mi paradero. Creo que este era nuestro final, nuestro adiós, porque no volveríamos a estar juntos. Mi padre ganaba. Me dormí con aquella idea en la cabeza.

A las cinco de la mañana estaba ya despierto, incluso a veces me despertaba unos segundos antes de que pasase la trompeta para despertarnos, me había acostumbrado a este horario. Desayuné con mi tío y como siempre, él me sonreía, leía su periódico y nos marchábamos juntos hacia la base. Antes de entrar yo a mi instrucción, él siempre me decía lo orgulloso que estaba de mí y lo que había madurado desde que llegué, ya no era un chiquillo, el ejército y la disciplina me convertía en un hombre. Yo sonreía siempre con sus palabras, porque me sentía apoyado, creo que tenía razón en algo y es que ahora todos mis compañeros, eran mi familia, la única con la que podía contar.

Tardé dos años más en llegar a Sargento y decidí hacer la mayor locura de mi vida, me metí en las fuerzas de asalto. Los entrenamientos con esta unidad eran mucho peores de lo que habían sido los anteriores, las clases teóricas nos preparaban para cualquier cosa, nos obligaban a saber prácticamente de todo, química, geografía, electrónica, cualquier cosa que nos ayudase en las misiones. Naruto me siguió en esta unidad, él quería estar conmigo, ser mi hermano siempre.

Naruto para mí se había convertido en algo más que mi mejor amigo, era mi hermano, ese con el que siempre podía contar. Al principio me preguntaba por Itachi y mis sentimientos, llegó un momento en que dejó de hacerlo para que pudiera olvidarle y lo agradecía.

El Probador (Yaoi; Naruto: Itachi-Sasuke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora