Capitulo uno.

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Capitulo uno:

22 de Enero, 2014

Moverse en el salón, fue tan sencillo, es como si ella estuviera descalza, sus movimientos eran serenos, y el brillo en sus ojos, parecía que sabía lo que estaba haciendo, era tan genio, mirarla era digno de admirar un arte, el arte de bailar.

Sus pasos, envidiados por todos en aquel lugar, la favorita de aquella maestra de ballet, tan estricta, pero aun así aquella chica se ganó su lugar. Al finalizar su pirueta, sonrió, y miro a su maestra como si su vida dependiera de ello.

-Excelentes pasos señorita Wear-Con aquella voz tan fina felicito a la chica de cabello rojizo, pero aun así Ashley sabía que eso no era todo, notando la cara de disgusto que tenía.-Pero no es lo suficiente como para lograr llevarla al festival de cada año, siga practicando y llegara a mí.

Con decepción, la rojiza se despidió gentilmente, recogió sus cosas y se marchó directo hacia su hogar, lugar habitado por su madre, su padre y su pequeño hermano, se podía decir que eran la familia perfecta, aun así cada uno tenía sus diferencias; Su madre, ama de hogar, sabe prestar atención a sus dos hijos, y daría la vida por ellos; Su padre, escritor prolongado, bien portado, padre de familia, y muy trabajador; su hermano menor, con su meta de seguir estudiando y ser un gran empresario, aun así aparte de eso, la música era su vida; Y ella, una chica exitosa en sus estudios, con gran fama de chica bien portada, con rango de excelencia escolar, pero aun así, al igual que su hermano, su vida depende del ballet.

Saludando a sus padres con mucha armonía, ya por la tarde, las tardes en familia era lo mejor del mundo para ella, mucho más si era un día viernes, la cual, pasaba el resto del tiempo con ellos, contándole sobre su día, y alguna que otra cosa.

-¿Cómo ha sido tu día?-Margaret, la madre de Ashley se atrevió a preguntar dudando un poco de la situación ya que la chica, tenía su cara de poco amigos.-Oh vamos, ¿No le vas a contar a tu madre?-Aun sin responder nada Margaret sabía lo que sucedía, ya que conoce todo sobre su hija mayor- ¿De nuevo la señora Parker?- Al final de todo Ashley asintió- Vamos Ashley sube ese ánimo, eres la mejor en eso y lo sabes, no te desanimes , si es tu sueño lucha por él.

-Si tan solo me dejara demostrarle mama, que soy capaz de eso y más.-Margaret negó con la cabeza rápidamente, escuchando muy animada las palabras de su hija.

-Cariño, no tienes por qué preocuparte, ella sabe que eres la mejor, de seguro te está poniendo a pruebas, para no caer en un error.-La rojiza arrugo su cara con mucho disgusto la última palabra de su madre no le gustó tanto.-No, estoy diciendo que eres un error, solo olvídalo ¿sí?-Un último abrazo dado por su madre al finalizar la conversación fue lo más lindo dado a que ella siempre confía en su palabra.

Su habitación, parecía el palacio de tal princesa, un color rosado pastel adornaba la habitación, así era su estilo. Cogiendo el teléfono, para poder hablar con su mejor amiga, Sharlene, su amistad era de aquellas verdaderas había, durado años, unos catorce años, se conocieron gracias a la primaria, de ahí no ha cambiado nada en ella, parte de la universidad, las dos chicas tomaron caminos diferentes, aun así, siguen en contacto.

-¿Sharlene?-Dudando por la alta música de que allá respondido ella, se frustro por todo lo opuesto, ya que su amiga le gustaba el rock, y a ella le gusta la música clásica.

-Oh, sí lo siento, Ashley. ¿Podrías bajarle Ian?.- Un nombre jamás, escuchado entro en el oído de la rojiza, haciéndose mil y un preguntas.-Ahora sí, ¿Qué sucede? ¿De nuevo Parker?.

-Primero que nada, ¿Quién es Ian?. Segundo, ¿Cómo sabias?.

-Primero, no te lo quería decir aun pero, Ian es mi prometido.-Sus ojos se formaron de asombro al escuchar las palabras de la chica, esta que nunca creía que se iba a casar o en historias felices-Segundo, tu madre me llamo.

-Oh, felicidades, estoy muy feliz ¿No son muy jóvenes?, No importa. Ahora todo se explica, pero si, fue Parker, tú más que nadie sabes cuánto he deseado esto, y viene y me dice, que no soy lo suficiente.

-Esta vieja, no sabe lo que dice, mi amiga es la mejor en eso, sabes muy bien que lo vas a lograr, y vas a demostrar que la anciana está equivocada. Aprovechando la situación te quería pedir algo.

-Lo que sea, siempre voy a estar para ti.- Esperando que su alocada amiga le pida ayuda con alguna de sus materias o algo por el estilo.

-Tu querida amiga, me harías el gran honor de ser mi madrina de honor.-Anonada tras el teléfono, la chica sonrió, y una lagrima recorrió por su mejilla.-¿Sigues ahí?.-Un grito se escuchó fuertemente por toda la habitación.

-¡SI! Todo será perfecto, estaremos perfectas, todo será sumamente perfecto.-La risa de Sharlene de felicidad se adentró, no se acostumbraba a tanta emoción a pesar de la noción del tiempo, era raro escucharla gritar.

-Hay, tú nunca cambias, te espero luego para arreglar tu perfección de mi boda.-Margaret entro por la puerta rápidamente pensando que había sucedido algo, mostrando la peor cara de susto, al enterarse que era por teléfono, soltó un alivioso suspiro.

-Está bien, luego te llamo.-Sonrió cortando la llamada, miro cómplice a su madre, y Margaret se volvió a asustar por la expresión de su hija, la escena era muy graciosa debido a sus rostros.

-Mama, ella ha crecido y mucho, se va a casar.-Margaret sabiendo de que hablaba, se recostó en la misma cama, asombrada por la noticia.

-¡PERO QUE MARAVILLA! ¿!Quien ha sido el atrevido que le ha robado el corazón a la pequeña Sharlene!?.

-Un chico llamado Ian, aun no lo conozco pero muy pronto lo conoceré, ha de ser un tipo grandioso para tomar tal decisión.

-Es cierto, ha de ser maravilloso, aún recuerdo cuando era toda una chiquilla.

-¿Que ha pasado? ¿Por qué no me invitan a gritar también?.- Josh el padre de Ashley y James, entro en la habitación, con la curiosidad por las millas.

-Sharlene se casa padre, ¿No es asombroso?.-La cara de asombro de su padre se adentró en la habitación.

-¡Por dios, fue ayer cuando eran unas pequeñas niñas jugando con muñecas!.-El más asombrado de todos fue James al saber la noticia empezó a quejarse, ya que a pesar de la diferencia de unos cuatro años, el chico se quedó hipnotizado por aquella chica de pelo negro.

Aquella tarde de Enero, fue de felicidad por la noticia de Sharlene, no tanto para James, pero si para los otros, una cena familiar no faltaba en esa casa, y la esperanza de que todo siempre sea así nunca se desvanecía, tremenda familia aquella.


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