Capítulo 10: Fruta podrida

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- ¿Qué haces aquí? - le pregunté indiferente, no quería hablar con nadie y hace poco que habíamos discutido

- ¿a que rayos te refieres? ¿¡crees que después de esa discusión iba a dejar las cosas así!? - estaba gritando, pero yo no tenía ánimos para pelear, me molestó tanto lo que me había dicho que incluso llegué a entristecerme.

- después de lo que dijiste sí, querías que me alejara y eso hice, me dijiste que no querías volverme a ver y lo he cumplido a la perfección, así que hazte un favor y vete - le dije mientras dejaba mi mochila en el escritorio, Pete cerró la puerta y la trancó

- no me iré- sentenció

- como quieras, pero Annie volverá pronto así que mas te vale que abras - le dije todavía indiferente

- no me importa a que hora vuelva tu puta compañera - estaba molesto, sabía que ese no era Pete, si no su "otro lado", sabía que si me alteraba las cosas no terminarían bien

- Pete este no es tu departamento, y no digas eso de Annabeth ¡no la conoces! - le dije firme pero sin perder los estribos

- ¿¡vamos a hablar de tu amiguita o de lo que pasa entre nosotros!? - me dijo con una furia irreconocible y me vi obligada a retroceder

- ¿sabes? ese es el problema, hablamos de nosotros como si existiera algo, Peter ya no hay nada ¡y tú lo sabes! - yo estaba menos calmada, él por su parte estaba molesto y con ganas de golpear algo o a alguien

- ¡No digas eso! ¡tú no lo sabes así que cierra la boca! - en ese instante alguien toco la puerta

-¿Lisa está todo bien? - era Annie, su voz se escuchaba preocupada, pero no quería alarmarla

- estoy bien Annabeth, solo déjame resolver algo - ella dudó unos segundos pero luego dijo

-mmm...de acuerdo, estaré con Axel un rato - pasé de mirar a la puerta a observar a Pete, sus ojos estaban que estallaban en furia, yo estaba aterrada, por primera vez sentía que no podría lidiar con él

- Pete prometiste que no me volverías a ahorcar y mira lo que pasó cuando fui de visita al pueblo - en ese él quería decir algo pero no le dejé - me vale un bledo si es tu otro lado ¡no me importa! no puedo dejar que hagas eso - me miré el estómago y traté de no asustarme, si le digo a Pete que estoy embarazada podría alterarse y golpearme - cuando me dijiste que me odiabas...

- yo no te odio, no lo dije en serio, sabes que te... - no le permití completar la oración

- cuando lo dijiste, y no lo niegues, no te mentiré al decirte que me hirió, me lastimaste Peter Wentz, pero no voy a sentir lástima por mí; pensé en ir a buscarte y hablar pero ahora se que alejarme es lo mejor para el... - me miré el estómago de nuevo - para el destino que me espera - del ojo de Pete salió una pequeña lágrima pero desapareció de inmediato y en su lugar la ira apareció de inmediato, se acercó hacia mí y me apretó la muñeca tan fuerte que no me podía moverme, con la mano que tenía libre comenzó a apretar mi cuello

- con que no quieres que te ahorque... dijo con algo de perversidad en su voz, se me dificultaba respirar cada vez más, soltó mi mano de la muñeca y la colocó en mi cuello

- Pete...basta...por favor - dije con el hilo de voz que me salía; ya casi no podía respirar y ya no tenía fuerzas para tratar de detenerlo, con mis últimas fuerzas le dije: - estoy embarazada - me soltó del cuello y caí al suelo, de repente todo se tornó negro para mí.

Mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora