Acostumbrarme al aire veraniego nunca me había sido difícil. Para mi gusto era la mejor estación, porque podía pasear en manga corta, había gran variedad de fruta en el mercado, y llegaba la mayor celebración de Aiceva. El baile de máscaras que una vez me acompañó en mi llegada a la ciudad.
Después de pasarme toda la mañana reponiendo los objetos de la tienda de pociones en la que había conseguido trabajo, logré que la amable dueña me diera la tarde libre. A fin de cuentas, llevaba soñando con ese día durante todo el año. Por fin volvería a ver a mi madre.
A pesar de seguir en guerra, parecía que Elaika había decidido permitir más libertad en los viajes internacionales, y muchos dirigibles aterrizarían hoy en el puerto. Y, en ellos, estaban mis padres.
Como Tao había decidido quedarse, les mandamos un telegrama nada más asentarnos de manera definitiva en Aiceva, diciéndoles que escribiríamos cada poco. Nuestros padres prometieron conseguir un viaje para venir a vernos, así como los padres de Surina. Como el valor de la moneda en Aiceva era excesivamente mayor que en Elaika, tardamos poco lograr el dinero para los billetes. Solo nos faltaba que pasara un dirigible para traernos a mis padres.
Me crucé con Surina, que salía de sus ensayos de teatro. Salió con varias entradas en la mano.
- Toma- Me dijo, tendiéndome una entrada. Empecé a revisarla por todos lados, y de golpe, me di cuenta que estaba otra pegada.
- Me diste dos.
- Bueno, te iba a dar más para que las repartas a tus padres y Tao. Además, he cogido de más por si aparece algún chico guapo a quien entregárselo.- Reímos, mientras me iba pasando más papeles y los iba guardando en el bolso.- ¿Pasaste por la casa de los telegramas?
- No, qué va. Llevo trabajando toda la mañana. Tao no sale hasta después de comer. ¿Vamos ahora?- Asintió, y ambas fuimos paseando por las calles abarrotadas de gente, camino a un pequeño oficio en el que ya nos conocían de memoria.
El hombre de la tienda, de mediana edad y el cabello anaranjado, nos sonrió desde la puerta. Ni siquiera tuvimos que preguntar cuando nos tendió varios sobres. Surina observó emocionada el que le habían enviado sus padres, y me dio el resto. Había tres sobres.
- Qué raro.- Musité, agradeciendo al hombre sus servicios.
Desenvolví el primero, era de mis padres.
Queridos Clarya y Tao.
Espero que todo vaya bien, estamos muy contentos. El dirigible es una maravilla. A vuestro padre le fascina la idea de volar, un día casi se cae por la ventana por ello. Sin embargo el servicio es muy amable, nos han dado la habitación 57, y siempre nos recogen la habitación, procuran que tengamos todo lo que necesitamos, y nos invitan a comer con el capitán. Me siento de la realeza.
Le hemos preguntado al capitán sobre qué hora llegaremos, y nos ha contado que será a las cinco. Creo que Tao ya habrá salido de su guardia para entonces, y Clarya no tiene trabajo por las tardes, así que espero que todo vaya genial. Estoy muy emocionada por volver a veros. Y tu padre trae una maqueta para que hagáis juntos.
Llevaré el vestido azul que tanto te gusta, por si no sois capaces de reconocerme. Aunque estoy segura de que vuestro padre no hará más que gritar vuestros nombres y poneros en ridículo, así que preparaos.
Os echo muchísimo de menos, estoy deseando veros.
Un beso.
Mamá y Papá.
Sonreí, con lágrimas en el borde de los ojos, pero a la vez ilusionada por todo lo que estaba a punto de pasar. Los echaba de menos con todo mi ser. Después de dos años viviendo sin verles, comunicándome desde hacía nueve meses con ellos únicamente por telegrama, la excitación por volver a verles estaba a punto de hacerme estallar de un modo que nadie más comprendía.
Bueno, aparte de Surina y Tao.
- ¿Y las otras dos cartas?- Preguntó Surina, que también había terminado de leer su carta.
- Una será de Luke, y la otra…
- Pues leamos la de Luke.- Comentó Surina, abriendo una de las cartas. Guardamos la otra en el bolso, de momento.
Hola chicas.
Estamos casi llegando a Aiceva. Estoy muy emocionado por veros de nuevo. Hace mucho que no me meto en los mismos líos que cuando estaba con vosotras. Hay mucha gente que va a parar en la ciudad, y vamos a hacer una parada de tres días, para que la gente pueda hacer turismo perfectamente. ¿Algún día podré veros, verdad? Aparte de para el teatro, estoy deseando ver a Surina actuar.
La verdad es que el Lhanda parece echaros también de menos. Desde que os fuisteis nada fue lo mismo. Y ya no hablamos nada de todos los cambios en Elaika. Estoy deseando contároslo.
Llegaremos después de comer. Espero no tener que gritar mucho para veros.
Un abrazo.
PD. Ah, por cierto, Clarya… Daimen quiere verte.
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EFdL AU. El pájaro que escapó.
Fantasy¿Qué sucedería si, llegados a Aiceva, Clarya decidiera que es mejor escapar que vivir una vida como un fantasma, oculta a cada instante? ¿Qué habría sido de su vida llegados a ese punto? ¿Qué pasaría con Daimen y con ella? ¿Qué pasaría si el pájaro...