All Over Again (TERMINADA)

1: El fin.

– Vete, ya no puedo con esto y no quiero volver a verte – Le grité  con lo que me quedaba de fuerzas. Sin mirarlo, no podía hacerlo, tenía que lograr que se fuera de una vez por todas, pero no me quedaban fuerzas para lo que seguía.

– No, no voy a dejarte, lo prometí – tomó mi mano, volteandome hacía él, exigiendo una mirada. ¿Acaso quería romper mi corazón más de lo que estaba?

Esto va a doler, más de lo que está doliendo ahora, pero es la única forma.

– Siempre y cuando yo quisiera que te quedes... – Le recordé, su promesa tenía dos partes, y la segunda involucraba mi consentimiento.

– ¿Eso es lo que quieres? – No contesté presa del pánico y el miedo de perderlo de verdad. – Dime, ¿Eso es lo que realmente quieres, Val? – repitió el grito, ahora sostenía mi rostro, mis ojos forzados a ver los suyos, que suplicaban que no lo deje. Pero ya no hay otra forma.

– Sí. Ya no quiero esto – Susurre con la voz  quebrada. "ya no te quiero a tí" se quedó atragantado en el pecho, que me dolía a cada mentira que pronunciaba.

– Velerie... –  Arrastró las letras de mi nombre suplicante. No podía seguir, todo mi cuerpo me rogaba que me  retractara, pero esto no era por mí. Endurecí la mirada, mintiéndole con lo único que siempre había sido sincero, mis ojos. – Bien, pero esta será la última vez – sentenció, soltándome, alejándose de mi. – Si me voy ahora, no volveré.

Asentí, obligándome a quedarme quieta en mi lugar, viendo como el amor de mi vida se paraba junto a la puerta, sus ojos se cerraron incapaz de creer lo que sucedía, pero cuando los abrió, solo había odio en su mirada, y dolor, tan profundo como el que me atravesaba el pecho. Me miró una última vez, con los ojos decididos  a no volver y salió de allí.
No conocía otra forma de alejarlo, no podía inventar una excusa, no podía fingir una infidelidad, él tenía que entender que ya no lo quería para olvidarse de mí, y aunque sea lo más doloroso que hice en la vida, funcionó.

"Solo quiero que seas feliz y cumplas tu sueños" Repetí en mi cabeza, intentando tranquilizarme, a pesar de que su felicidad, cueste lo más preciado de la mía.

No lo frené. No podía hacerlo. No debía.

Lo deje ir. Tenía que dejarlo ser. Era solo un peso para sus sueños, su futuro.

No llore. No podía permitirme ese lujo, "todo va a pasar, vas a estar bien", me recordé, intentando consolarme.

Pero sabía muy bien, que pasaría lento y que estar bien, sería difícil, muy difícil.