-¿A que ha venido eso?. -preguntó Charlotte.
-Un demente aburrido -comentó James- vamos. -dijo volviendo a andar nuevamente.
Eleanor en cambio, observó a la persona que minutos antes había salido de aquel arbusto, hasta que su figura se perdió en la espesura del bosque.
-¡Vamos, Eleanor!. -gritó su padre.
-Voy... -murmuró Eleanor.
Pocos minutos después se encontraban en la majestuosa entrada.
Eleanor no pudo evitar observar las pequeñas gárgolas, que sen encontraban como decorado, en las paredes. La puerta era amplia, de un color marrón. Las paredes de un color tierra, habían comenzado a agrietarse con el paso del tiempo.-Debemos quitar esas gárgolas, son horribles. -comentó Christine con una mueca de asco en su rostro.
-A mí, me gustan... -opinó Eleanor observándolas con una extremada atención, que la llevó a descubrir una pequeña mancha, muy poco perceptible para la vista humana.
-Se ve que no tienes clase. -dijo Charlotte con una sonrisa burlona en la cara, mientras agarraba de un brazo a Sebastián.
-Igual que se ve que tú no tienes dignidad -escupió con asco Eleanor observando su brazo cruzado por el de Sebastián.
-¡Eleanor! -la regañó Christine- ¡James dile algo!.
-Eleanor... No insultes a tu hermana. -murmuró James con voz cansada, mientras mantenía una lucha interminable contra aquella anticuada cerradura.
-Primero ella empezó, y segundo NO ES MI HERMANA. -recalcó estas últimas cuatro palabras dejando espacio entre ellas.
Su padre se giró y la miró con cara de reproche- Ya está abierta...
La enorme puerta se abrió, emitiendo así un molesto sonido.
-Hay que hecharle aceite. -comentó Sebastián.
Un olor a rancio, y humedad, invadió los orificios nasales de Eleanor. Realmente era un olor desagradable, como si lleváran décadas sin limpiar este lugar. Aunque su aspecto no era lo que daba a entender.
El lugar era limpio, y ordenado. Las cortinas de un color rojo más bien salmón, y las paredes de un color beis.
La madera se quejaba con un pequeño rechinar, al sentir el peso de Eleanor.Los muebles viejos y llenos de rosas rojas, y blancas. Era algo extraño, ya que aquel lugar lleno de rosas, no olieran a estas.
Pero de todo aquello, lo que más, le llamó la atención fueron los cuadros... Los cuadros de aquellas mujeres. Sus expresiones, eran de sufrimiento y desesperación. Parecía como si de un momento a otro, tus oídos fueran a percibir los llantos de sufrimiento de aquellas desgraciadas mujeres, unos llantos que te llevarían a acompañarlas en su sufrimiento.
Charlotte se acercó a aquellos cuadros- Son... -Eleanor la interrumpió antes de terminar la frase.
-Hermosos... -murmuró paseando con suavidad las demas de sus dedos.
-¿Tú crees?, yo diría que más bien, dan pena. -comentó Sebastián.
Eleanor hizo caso omiso, aquellos cuadros la tenían tan dominada, eran... Adictivos... Aunque... Había algo en ellos... Que producían en ella leves escalofríos.
-Podéis ir elegiendo vuestras habitaciones. -anunció James, palpando las paredes.
Charlotte salió corriendo, sin que Eleanor se percatara. Esta última se dirigió a la vieja escalera. Lentamente subió, por ellas hasta llegar a un largo pasillo, que daba a varias habitaciones. Todas estaban cerradas... ¿Menos una?
-¡Yo quiero esta! -gritó Charlotte, desde la habitación que se encontraba abierta. Misterio resuelto.
-Bien por ti -murmuró Eleanor.
Eleanor se dirigió a la habitación más alejada. Abrió la puerta despacio, al abrirla se encontró con una espaciosa habitación de un color gris. Allí se encontraba una enorme cama, con cobijas blancas y dos almohadas de un color salmón. Unas cortinas de color negras caían desde el techo, atadas en un cabecero salmón, con borde negro, enrrolladas con un pequeño corsel de color blanco.
Eleanor paseó la mirada por aquella habitación.
Una cómoda blanca, tenía encima de ella un jarrón, con rosas rojas.
Espejos esparcidos por la habitación... Demasiados espejos. Algún que otro cuadro de prados, caballos y uvas.Eleanor pensó que debía quitar algún que otro cuadro y espejo.
Andó hacia la cama, donde se fijo en lo que parecía ser un ventanal, el cual las cortinas blancas impedian su completa visibilidad. Eleanor corrió las cortinas, para encontrar allí, lo que estaba segura que sería su lugar de tranquilidad y armonía.--------------------------
NOTITA SENSUAL:
Wooolas! Tercer capítulo *----*.
Realmente este capítulo fue más bien para hacer una ligera idea de como es la casa. Que no significa que ya este descrita, aún se describira más. Aún así espero que os haya gustado <3.¡Charlotte en multimedia!
Besiiitos <3
Att: Vuestra Sensual Bunny :3
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Pasión Mortal
FantasyUn desencadenante, una maldición, una generación de mujeres malditas, una chica sin su sangre, un demonio, UN DESTINO MORTAL.