"Ahora es cuando me arrepiento de lo que hice" pensó Eleanor mientras saltaba con facilidad los arbustos sel jardín.
Agitada giró su cabeza hacia atrás.
Frunció el ceño al percatarse de que nadie la perseguía.Frenó en seco y observó en silencio su alrededor. El sonido ensordecedor que hizo presencia hizo que su antes agitada respiración aumentara.
-Tranquila... -murmuró- no le tengas miedo...
Abbadon no se había movido, sí, eso era los más seguro. Seguiría con Charlotte, haciendo Dios sabe que.
-¡Eleanor! -gritó una voz femenina.
"Charlotte"
Está apareció tras unos matorrales, sus ojos estaban rojos, y su cabello desaliñado.
-Charlotte... ¿dónde está él? -preguntó Eleanor avanzando unos pasos.
-No sé, de repente ha desaparecido. Sus ojos... -tragó saliva nerviosa- estaban rojos, Eleanor, muy rojos. Le has enfadado... dijo que... dijo que iba a disfrutar mucho contigo, que te haría sufrir -una fugaz sonrisa se dibujó en el rostro de la rubia, aunque esta desapareció al instante, haciendo pensar a Eleanor que solo fue producto de su imaginación.
-Joder, joder -murmuró la ojiazul tirando de su cabello.
Observó a la rubia la cual mordía una de sus uñas; un acto de nerviosísmo.
-¿Estás bien? -preguntó la chica al observar a su hermanastra tirando frenéticamente de su cabello.
-Sí, claro que sí -contestó -¿Por qué no iba a estarlo?, se han llevado a mi padre, el cual estaba malherido, tu madre ha desaparecido, estamos aquí encerradas, puesto que como podrás observar -señaló hacia la única cancela del lugar, la cual se encontraba cubierta por lo que parecía ser raíces, impidiendo que esta se abriera- nuestra única salida esta tapiada por así decirlo. Y ya ¡puf!, ya si te hablo del hecho de que un demonio ha dicho que me hará sufrir, pues la cosa mejora muchísimo -terminó la frase con una falsa sonrisa que se desvaneció al instante.
-No me hables así -frunció el ceño la rubia.
-¿Así cómo?
-¡Con ironía, sabes que lo odio!
-¡Oy!, perdona mi reina.
-¡Ya está bien!, ¡no tengo porque soportarte! -gritó la rubia dando media vuelta- ¡cuando necesites mi ayuda, no pienses que iré a por ti!
-¡Te recuerdo que hace un momento te salvé de que un maldito demonio!
La rubia ignoró aquel comentario, perdiéndose desapareciendo a la lejanía.
-Estúpida...
°~~~~~~~~~~~~~~~°
Acarició nuevamente el cuadro con suavidad. Tras la "pequeña" discusión con Charlotte, al no saber que hacer, aquellas mujeres de la noche anterior, invadieron su mente, hasta conseguir que la chica no pudiera más con su curiosidad.
-Vamos... -murmuró- habla, llora, lo que sea, pero haz algo- habló hacia la mujer de cabello pelirrojo con unos ojos apagados; sin vida.
"Y si..."
Eleanor buscó con la mirada el viejo reloj que Christine había insistido tanto para que desapareciera de la mansión, pero Ellie se había negado a ello, pues era un reloj antiguo con una belleza que Christine no comprendía.
Este marcaba la hora en números romanos: XI.
Aunque la aguja más grande marcaba hacia el VI."Solo unas horas más hasta el anochecer.
Solo, ja-ja"
Observó las escaleras preguntándose si tal vez su hermanastra se encontraba en su habitación llorando.
Quiso convencerse a sí misma de que aquello era imposible, hablamos de Charlotte.
Nerviosa comenzó a arañar la palma de su mano con sus uñas.
Suspiró y se encaminó hacia las escaleras, para ascender por esta y dirigirse hacia la habitación de la rubia.
Despacio abrió la puerta, su boca podría decirse que cayó al suelo al ver tal escena.
Charlotte se encontraba con sus manos sangrando con una fina cuchilla en sus manos y una rosa negra a su lado, esta estaba con escasas gotas de sangre en ella.
Lottie observaba con ojos rojos y llorosos la rosa.
-¿Qué haces...? -preguntó Eleanor avanzando con precaución. Mordió su lengua al percatarse de que su voz había sonado algo ruda.
-Tienen que ser rojas, tienen que ser rojas -murmuraba la rubia.
-¿El qué tiene que ser roja, Charlotte? -preguntó esta vez con una voz más suave.
-Las rosas, las rosas -murmuró meciéndose de un lado a otro- ellas lo dijeros Ellie, las rosas -observó a la chica, permitiendo a Eleanor observar como sus ojos cada vez se tornaban más oscuros.
-Lottie -la llamó con afecto- ¿que te ha hecho?
-¿Él?, nada. Son ellas, ellas quieren ser salvadas -la rubia comenzó a sollozar.
-Charlotte, mírame -Ellie, la cual ya había alcanzado la cama y arrebatado la fina cuchilla de las manos de su hermanastra, agarró su mentón y lo elevó- tranquilízate, ¿vale? -dijo con voz dulce.
La rubia asintió.
-Bien... ahora cuéntame.
-Y-Yo, yo he tenido sueños Ellie -comenzó a hablar- pensaba estar volviéndome loca, así que actué de manera normal, pensaba que era por la mudanza, la muerte de la vieja... todo eso -pausó para respirar- pero no me dejan Ellie, no me dejan. Dicen que debo tornar las rosas de rojo por eso... -miró hacia su sangre. Eleanor comprendió- dicen que si eso ocurre, ellas serán salvadas, y se irán en paz.
-Charlotte... ¿quiénes serán salvadas? -preguntó Eleanor con cierto tono de desconfianza.
-Las mujeres de los cuadros.
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NOTA:
Wolaas!, ¿qué tal?, bien espero.
Ya está aquí el capítulo 11.Espero que os guste :3
Besos <3
Att: Bunny
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Pasión Mortal
FantasyUn desencadenante, una maldición, una generación de mujeres malditas, una chica sin su sangre, un demonio, UN DESTINO MORTAL.