VIII

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A los jóvenes de hoy en día se les hace difícil crecer en la voluntad de Dios en un mundo lleno de cosas que atraen su atención y que los aleja más de él.

Puede que llegues al punto de encontrarte tan apartado que comiences a sentirte acostumbrado a lo que pasa a tu alrededor y prácticamente no te importe, o que te sientas extraño en el ambiente en el que te encuentras. Todo eso es fruto de tu poca relación con Dios.

Una buena relación con Dios marca la diferencia. No importa dónde te encuentres, cuando Dios se refleja en tu vida, todo tiene sentido.

Cuando empiezas a conocer al Señor y a reconocer su poder, las cosas empiezan a ser diferentes.

Cuando ingresé a 1ro de Bachillerato, mi madre me dijo cual era mi propósito en esa institución, yo quede sorprendida por el peso del mismo... Mi propósito era cambiar las mentes. Para la vida de un adolescente o joven que cree y confía en Cristo, lo más importante es conocer su propósito. Dios nos escogió a cada uno, para que prediquemos a su palabra a toda criatura, no importa quién seas ni de donde seas, Dios te quiere usar pero depende de ti si quieres estar a su disposición.

Hay muchas personas que no saben cuál es su propósito, no conocen el llamado de Dios para sus vidas, pero para saber cual es debes tener una buena relación con Dios. Pero una pregunta que puede que muchos se hagan es: ¿Si Dios creó seres humanos que prediquen su palabra, para que estoy yo aquí?

Cuando Dios te escoge es por una razón importante. Hay muchas personas en el mundo que necesitan de Dios, y muchos de las personas que predican no pueden llegar a donde nosotros podemos llegar y ahí estas tu joven, escogido para enfrentar a los gigantes y vencer sobre toda adversidad para llevar su palabra mas lejos... Para eso estás tú.

Pero, puede que ya sepamos el propósito de nuestras vidas pero el miedo a que pasará nos invade y al final no lo hacemos. Para enfrentar esas situaciones, ten 2 cosas pendientes:

1. Cuando Dios manda, Dios te respalda.

2. Cuando sabiendo las cosas no las haces, puede provocar desenlaces inesperados y sentirte culpable.

Estas son las 2 cosas que el Señor me ha hecho aprender durante 3 años.

Muchas cosas pasarán en tu vida que te harán reconocer que necesitas comenzar a cumplir tu propósito, como el caso de mi amiga Andreina... Pero el punto, no es que nos quedemos lamentándonos sino que actuemos, para que no vuelva a suceder. Después de eso, comencé a caminar bajo mi propósito y no les voy a mentir, he visto la mano de Dios obrar en las vidas a través de mí.

Pero en conclusión, quiero decirte que SÍ tienes un propósito, estas en el mundo por una razón y Dios lo tiene en sus manos, esperando que vayas a él, y a medida que vayas avanzando en su camino darte a conocer para que te creó. Ahora depende de ti, seguir viviendo en el mundo sin rumbo, sin razón, sin propósito o vivir bajo una convicción, una paz y un amor que sobrepasa todo entendimiento (Efesios 3:19; Filipenses 4:7) y con un rumbo fijo. Y recuerda Cristo te ama.



Soy CristianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora