Capítulo 10

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Maratón 3/3
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Co-escritora @edwardsjessie
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Lo que le preocupaba más, era pensar en Niall, tragándose con anzuelo y sedal la lógica y los ideales de La Alianza. Aplicando aquella lo cura a su persona y a lo que hacía. Aquello le molestaba mucho. No bromeaba cuando dijo que iba a leer las escrituras, porque además de darle algo que hacer, podía ayudarle a aprender cómo encajar mejor. Al menos, hasta que pudiera escapar... porque se iba a escapar. Solo que... estaba empezando a desear, no tener que hacerlo solo.

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El sol se había puesto hacía tiempo, y la luz de las velas apenas iluminaban la capilla. La habitación no tenía ventanas, tenía una puerta y tres velas blancas a modo de iluminación. Las velas calentaban el ambiente de la pequeña habitación, haciéndolo sofocante, pero eso era mejor que la oscuridad absoluta. Por lo menos para Niall. No le gustaba pasar allí la noche, le hacía pensar en "el armario", las pesadillas, sueños extraños que susurraban en su oído que no era el chico tranquilo que pretendía ser. Miró hacia donde estaba Liam leyendo, y se dio cuenta de que llevaba un tiempo con la Biblia cerrada, y ya simplemente la sujetaba en sus manos, con la mirada perdida en el rincón opuesto de la capilla, aparentemente perdido en sus pensamientos. En ese momento, Liam parecía tranquilo. En paz. Con la luz de las velas iluminando sus ojos, haciéndolos brillar, casi traslúcidos.

Liam le había besado. No un beso de hermano, un beso de verdad. Como si pensara que Niall podía ser guapo, no un chico patéticamente vestido y desaliñado. Liam le había hecho sentir, por un momento, como algo hermoso, deseado, que valía la pena. No solo un chico que siempre iba a la deriva y un paso por detrás de los demás. Niall nunca sentía que estaba a la altura de los miembros de La Alianza, ni de los chicos del colegio, pero no podía explicar su sensación de alienación hacia su familia, sabía que eso acabaría con una reunión de los hermanos, posiblemente con una purga o algo peor. En ese momento, Liam le devolvió la mirada.

- ¿Estás bien, Niall?

Niall asintió en silencio, obligándose a apartar la mirada. Aquello era peligroso. Apartó los ojos y trató de no pensar en lo solos que estaban. Castigados. Encerrados juntos. Los dos solos.

- Estaba pensando Li, quiero decir, Liam...

- Li está bien. Puedes llamarme así.

Se humedeció los labios, sintiendo que estaba diciendo demasiadas cosas sin usar una sola palabra. - ¿Que te parece si practicamos la manera en que tienes que hablar a los hermanos cuando vuelvan? Solo para tener algo preparado, para que no te vuelvas a meter en problemas. No tienes que hacerlo... pero podría ayudar. Si estás preparado para ellos, para la situación, puedes... fingir ¿no?

De todas las cosas que Niall podía haber sugerido, Liam no se esperaba lo que oyó. Pero aquello reforzaba la idea de Liam, de que tanto si era consciente como si no, Niall pensaba en sí mismo como algo separado del resto de los miembros de La Alianza. Liam pensaba que eso era una buena señal, y se encogió de hombros. - Claro, podemos practicar. Fingir. ¿Qué otra cosa podríamos hacer?

Niall no podía asegurar que Liam estuviera coqueteando deliberadamente con aquella última frase, pero realmente era lo que parecía, así que apretó sus dientes, y pasaron la siguiente hora, tratando de conseguir que Liam fuera capaz de sonar humilde y arrepentido. Niall se rió con sus primeros intentos, y le dijo que lo intentara de verdad., y escuchar a Liam decir de, DE VERDAD lo estaba intentando, le hizo reír más aún, aunque procuró disimular la risa todo lo que pudo, porque no quería herir los sentimientos de Liam. Después de una hora, los dos se estaban riendo y decidieron dar por terminada la lección.

Mi luz en la Oscuridad - Niam -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora