El comienzo...

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Capítulo 2

La risas de Victoria me sacan de mis pensamientos y sobre mis hombros muy discretamente los veo, Javier la tiene tomada por la cintura enfrente de él, y tiene su barbilla en su hombro, sus amigos de Javier, Carlos y José un par de chicos que se podría decir que son como gemelos, la razón por la cual tiene chiste, es que no lo son, ambos tienen una familia diferente, pero físicamente son iguales, tienen ese cabello entre café y castaño claro y esos ojos entre verdes y miel, pecas por toda la cara, son los mejores en "hacer desorden dentro del salón".

El sonido de la campana sonó para darnos aviso de que la primera hora estaba por empezar, los últimos meses de la secundaría, para unos significaba la pérdida de sus mejores amigos, otros significa que tiene que gastar su verano en ir a clases para poder pasar sus materias, que reprobaron en el último año y para mí, solo significa que en el bachiller todo será diferente, una escuela nueva y burlas nuevas, claro, eso no podía faltar.

Quité mi mochila para poder sentarme, abrí la primera bolsa, donde acostumbraba guardar mis lápices y bolígrafos para la clase, pero para mi sorpresa no tenía un lápiz, solo bolígrafos y lápices de colores, mire hacia atrás, para poder ver con quien era el que mejor me llevaba y con ninguno, excepto claro...

Me levanto de mi asiento y camine hacia donde estaban, ellos seguían como si no hubiesen tocado, pase entre ellos con la cara baja, ella ya no estaba como la vi, si no que estaba a un lado de José susurrándole algo que los hacía reír, lo mire a los ojos, el flequillo me estorbaba un poco, tome aire y pasó lo que tenía que pasar.

Él me miro extrañado, cosa que no me sorprende y abrí la boca con valentía.

– Hola –le dije.

– Hola... –Me dijo con un tono de inseguridad, y asombro.

– Quería preguntarte si...-En ese momento me puse tan nerviosa como nadie tiene idea, es decir era la primera vez que le hablaba a Javier, él desde siempre me ha gustado.

–Quería preguntarte sí... – seguía nerviosa–.

– ¿Sí...?-me dice con un tono de duda y creo fastidio, lo entiendo, a mí nadie me soporta.

– Ammm-pues-he-pues-si-si ¡tú tenías un lápiz! ¿Qué me pre prestes tú?

– He... si eso creo – me dice, él sacó uno de esa pequeña mochila que se hallaba reposando en su pupitre– toma ¿este te sirve?-me dijo.

Lo tome sin mirarlo – ¡SÍ!, si este es perfecto gracias– me di la media vuelta sonrojándome y serrando los ojos fuertemente poco a poco pensado en cada instante que acabo de pasar, no sé si hice el ridículo o solo es mi imaginación.

Cuando me senté, sus amigos, su novia y él empezaron a susurrar, la verdad no me interesaba las cosas que hablen de mi pero lo que me importa a mi es que ahí estaba Javier y no me puedo arriesgar que se aleje de mi porque si apenas me conoce es obvio que victoria le va a decir que se aleje de mi o que ni siquiera me dirija la palabra.

Tocaron para finalizar la clase de química, tomé mis cosas, Javier se quedó hablando con la profesora, todos salieron mientras yo guardaba mis cosas, cuando termine de guardarlas, salí del salón, caminaba rápido, quería estar el menor tiempo posible en el pasillo, me sentía extraña, aún no sabía porque, pero así me sentía.

–He, Elisabeth – Escuche mi nombre mencionar detrás de mí, volteé y lo vi tratando de alcanzarme, Me paré para que dejará de caminar rápido.

–Dime – le dije sorprendida, de que él me hablará, por fin llegó donde estaba yo, y lo vi, cabello cobrizo, ojos cafés como la tierra mojada, y piel con un tono leve, pecas en la cara, Dios... me gustaba tanto.

DEAD MEMORIESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora