Y conoceréis la verdad...

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Desperté...Joder, nunca me había desmayado tantas veces como en Silent Hill. Si salía viva, tenía que acordarme de hacerme un TAC cerebral...

Cuando desperté, vi que tenía justo delante a un hombre que iba vestido igual que Raynor cuando me atrapó en el baño.

Grité y retrocedí, pero aquel hombre y su compañero me apuntaron con sus rifles...¿De dónde sacaban todas las armas esa gente?

No me costó nada deducir por su vestimenta que pertenecían a la Orden...Estaba bien jodida.

-Bajad las armas, chicos-dijo un hombre dejándose ver ante la luz de las linternas de sus dos compañeros.

El hombre no iba disfrazado. Llevaba un elegante traje con corbata, y un maletín negro en una mano y una pistola en la otra.

Recelosos, los hombres enmascarados bajaron los rifles. El hombre trajeado se acercó a mí y me tendió la mano.

-Tranquila, no te haremos daño...-me dijo.

-Una mierda... ¡Queréis sacrificarme!-dije entre lágrimas-¡Ya lo habéis intentando antes!

El hombre trajeado me miró con una mueca de incredulidad, retirando la mano que me tendió para ayudarme.

-¿De que estás hablando?-me preguntó.

-¡De que por algún motivo, me culpan de lo que ocurre en este puto pueblo y creen que matándome en una especie de altar, lo resolverán todo!

El hombre se rió.

-¿Eso es lo que te ha dicho esa loca?-me preguntó.

-¿Habla de Katherine?-le dije.

-Veo que ya la has conocido. Es una puta chalada...Va diciendo por ahí que habla con Dios, y que ella debería de ser la líder de nuestro credo.

-¿La Orden?

-Efectivamente, señorita. Al principio ella fue objeto general de mofa y escarnio...Hasta que la muy imbécil nos robó nuestro libro sagrado, con ayuda de otros dos miembros.

-¿Orwell y Raynor?

-Deduzco que también los has visto...Dime que ha sido de ellos, y dejaré que te vayas.

El hombre volvió a tenderme la mano. No me hacía ni pizca de gracia relacionarme con esa gente. Por muy chalada que estuviera Katherine en comparación con ellos, todos pertenecían a la misma secta de indeseables. Pero me convenía ayudarles...por mi propia seguridad...

Acepté la mano del hombre, que me ayudó a levantarme.

-Michael Kaufmann a tu servicio-me dijo el hombre.

-Laura...-respondí con temor.

-Entonces dime...¿Qué ha sido de esos tipos? Encontrarlos es muy importante para nosotros.

Me distraje un momento, observando que el colegio había vuelto a su aspecto normal. Las paredes estaban limpias, sin sangre ni ningún tipo de líquido cubriéndolas.

-Te he hecho una pregunta-insistió Kaufmann.

-Katherine y Raynor están muertos.

No pareció sentir la más mínima lástima por ellos, aunque tampoco se alegró de su muerte. Permanecía impasible, cual estatua de hielo.

-¿Y Orwell y el imbécil de su hijo?-preguntó.

-Orwell escapó con el libro...Su hijo también ha muerto-respondí.

-Joder...-dijo con burla-Menuda masacre...

-Cierto...

-¿A dónde ha ido Orwell?

Silent Hill Sueños rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora