Sigo corriendo a pesar de estar lo bastante lejos como para sentirme segura, es de noche, lo que incrementa mi ansia por llegar a casa.
La calle no es que esté muy solitaria, acabo justo de llegar a lo que es el comienzo de la ciudad. Queda poco para casa.
Tengo pánico en volverme a mirar la mano, y aún más la espalda. Ese rastro de sangre ha hecho que todos mis esquemas en cuanto al tema se hayan roto, me siento sucia.
Me siento sucia porque a la vez que tengo miedo siento que me gusta la situación. No le tengo miedo a esa cosa sino a lo que pueda ocurrir de aquí en adelante. Cada vez que entro siento soledad, frío, alguien me transmite eso, pero al mismo tiempo me siento observada, como si estuvieran alagándome con la mirada. Es tan.. contradictorio.
Estaba en mis pensamientos cuando soy interrumpida por una voz masculina que me llama.
- ¿______?
Me giré, me asusté un poco porque no me lo esperaba, pero suspiré al ver que era Niall.
- Oh, hola Niall. - sonreí, tapando la mano que tengo manchada de sangre. Lo último que quiero es que me descubran, y mucho menos que se lo diga a Alexis.
- ¿Qué haces por aquí tú sola? - se acercó a mí, balanceando un pequeño gorro gris en sus manos.
- Me saco fotos.- solté la primera excusa que se me vino a la cabeza. Pareció funcionar, ya que miró la cámara que colgaba en mi pecho.- ¿y tú?
- Vengo de ayudar a Alexis a colocar unas cosas pesadas en su sótano. Vivo en esa casa de allí.- señaló un hermoso dúplex a nuestra izquierda.
Sonrió dulcemente, mientras se colocaba el gorro en la cabeza.
Vaya, qué dulzura de chico.
- Ella nunca fue famosa por su fuerza.- reí junto a él, mientras me colocaba el pelo hacia un lado debido al viento.
- Oye, ¿estás bien..? - me dice, mientras su expresión cambia totalmente.
- Sí, claro, ¿por qué? - Sonreí inocente.
- Tienes sangre en la mano.- tomó mi mano que agarraba mi pelo hacia un lado y se la acercó al rostro para examinarla. Creo que tiene falta de vista, aunque no es lo que más me preocupa en estos momentos.
Tragué saliva.
- Ah, ¿esto? - señalé la sangre con la mirada y aparté mi mano de la suya con suavidad, pero rápido.- eso no es sangre.
Alzó la ceja extrañado y me miró a los ojos.
- Soy estudiante de medicina, sé perfectamente lo que es sangre. Mi casa está ahí mismo, ¿quieres tiritas?
Suspiro, al menos piensa que la sangre es mía no de otro.
- No, no. Gracias de verdad, pero es que tengo prisa.- intenté sonar lo más tranquila posible, mientras daba unos pasos hacia atrás. Eché mi pelo hacia atrás para darme la vuelta sin que se me vea la sangre.
- Ah, está bien. Buenas noches entonces ______.
Y se giró para irse, pero le paré.
- Niall..
Volvió a girarse.
- No le cuentes nada de esto a Alexis, por favor. Ni a nadie.
Él asintió extrañado de nuevo y se volteó para ir a su casa, al igual que yo. Mierda, cosas así no puedo permitirme o se acabarán enterando mis padres.
Cuando llego a casa, tiró mis cosas al sofá y corro al baño mientras me desnudo por el camino. Tomo la ropa manchada y la pongo en la lavadora, no puedo dejar rastro. Una vez en el baño me miro en el espejo, de espaldas, y ahí está. Una línea delgada, roja, de sangre que recorre mi columna.
Siento que me va a dar algo. Entro a la ducha con tanta desesperación en quitarme esa sangre que casi me caigo, ni si quiera espero que el agua salga caliente. Lavo mi cuerpo y lo enjabono al menos tres o cuatro veces.
Cuando estoy enjabonando mi espalda, recuerdo esa caricia y por un momento, pienso que es ese tal Harry. En las fotos que he visto de él es sumamente atractivo, no hay nada de él que no me guste. Nada.
Comienzan unas sensaciones que no conocía, jadeo por ello. De repente me excito bastante, y trago saliva. Nunca me había puesto así por nada, nada había tenido tanto poder sobre mí desde el primer momento. Por un momento me imagino cómo sería estar con él aquí, y ahora, pero consigo controlarme y vuelvo al mundo real, donde no creía que existían los fantasmas.
Al cabo de unas horas estoy en mi habitación, solo con una toalla rodeándome por la cintura, ya que aún sigo mirándome la espalda y la mano, constantemente. Mi pelo ondulado ya está bien arreglado, parece portarse últimamente.
Cuando estoy vestida, tengo la cámara justo delante. Aún pienso si vale la pena mirar las fotos.
Mi primera opción es Harry, ya que es el único del que no se ha encontrado el cadáver. Mi segunda es el padre. Pienso que su madre no puede ser.
Enchufo la cámara al portátil. Masajeo mi cuello, que duele por la tensión y esperó a que se habrá la ventana de archivos de memoria. Cuando la abro, voy al álbum y espero a las últimas fotos para que se carguen.
Apreté la primera, el recibidor. Estaba temblando, así que no se ven muy claras. Por ahora no hay nada.
Paso, nada.
Paso, nada.
Paso a otra, y nada.
Hasta que llego a la antepenúltima, cuando me giré porque noté la caricia en la espalda.
Notó como el corazón me va cada vez más rápido. Estoy entre aterrorizada y alucinada. Una mano, blanca, grande y delgada, con un tatuaje de una cruz en uno de sus extremos, estaba algo manchada de sangre.
No sé cómo reaccionar. Harry me ha tocado, un fantasma lo ha hecho..