Capítulo 7 |Is this real?|

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Me asusté, no puedo negarlo, esto es muy raro y estoy dudando en salir corriendo pero algo me pide que me quede. Mi curiosidad es más fuerte que mis miedos. Todavía me replanteo que esté soñando o que lo que está pasando es fruto de mi alocada imaginación. Tampoco voy a negar que me tranquiliza un poco saber que este "fantasma" es inofensivo, no quiere hacerme daño y se preocupa por mi. Aún estaba todo oscuro, no había aparecido ninguna silueta, todo seguía igual. De repente el aire frío de antes volvió y yo me limité a taparle aún más con la manta.

Caminé y noté como las tablas crujían a cada paso que daba y el eco se apoderaba de la casa. Era una sensación de seguridad pero a la vez tenía tanto miedo..

Otro leve empujón de aire en mis caderas fue suficiente para seguir caminando con más velocidad. Llegué a otra sala que tenía una enorme chimenea vieja en el fondo, tres sillones hacían una V al rededor de ella. No había entrado aquí antes.

De repente la chimenea se encendió sola, saliendo una gran llama viva de color naranja con destellos azules. Me asusté y di un pequeño paso hacia atrás. La mansión con luz daba aún más miedo que oscura, excepto cuando es de día.

Me acerqué al fuego para calentar mis frías manos, aún pensando cómo diablos se ha encendido sola.

Sentí algo en la habitación, algo que me transmitió mucha inseguridad. Me sentía vigilada por todos lados. Desde la izquierda, derecha, delante, detrás. Así que, como vivo en mis mundos de felicidad y parece darme igual contactar con un espíritu, decidí sentarme y hablar con el fantasma. Miré hacia donde creía que se encontraba.

Me voy a arriesgar.

- Lo siento.- tragué saliva.- Aún no entiendo por qué me ayudas.

Algo acarició mi mejilla de nuevo, el contraste frío de lo que me tocaba y el calor del fuego era algo excitante.

- Tus intenciones no son malas. No eres ningún niñato que viene aquí para experimentar. Supe que tenías frío nada más ver tu sudadera.

Me miré a mi misma, oh dios, estoy totalmente erizada.

Era él. Era el famoso seductor Harry Styles. Tengo los pelos de punta ahora mismo. Su manera de hablar me hacía temblar. Era una voz tranquila pero seria, bastante grave. Tenía un punto de seducción que me gustaba, pero se nota que no es intencionado.

Me sonrojé al pensar que me estaba cuidando y me erizé. Ahora mismo no me creo nada, es imposible que esté pasando. Pensé por el color de la luz que desprendía la llama del fuego no se me notaría roja, pero creo que los fantasmas pueden notar esas cosas.

- No voy a hacerte nada.- Esta vez la presencia de Harry se movía, esta vez lo notaba en frente de mí. Otra vez la sensación de sentirme observada, Harry me miraba, me tocaba y eso al fin y al cabo eso me gustaba.

Se me herizó la piel al notar una caricia en una de mis manos. Agarraba muy fuerte la manta, incluso sin querer la arrugué. Supongo que era la manera en la que Harry me decía que me tranquilizara.

- ¿Puedo verte? - Miré al suelo.

- No sé cómo será mi aspecto.- dijo algo disgustado.

- No me asustarás.- dije, seria, decidida aunque con un poco de miedo por lo que podía tener. Aunque pienso que basándome en los retratos que colgaban de la pared, él sería hermoso con sangre en la cara. Miré hacia la derecha sonriendo, pensando que estaba ahí.

- Estoy aquí.- sonó de la izquierda y me giré.

Allí estaba. Mirando hacia mí algo entristecido con las cejas caídas. Igualmente estaba recto y era muy elegante. Miré su rostro apenada y me asusté un poco, pensaba que sus ojos iban a ser un verde tan oscuro como los árboles de fuera, pero eran verdes muy, muy, muy claros, podían confundirse incluso con blancos, aunque se notaba el dolor y la soledad en ellos. Volví a sentir lo que había estado sintiendo todo el rato, su mirada clavándose en mí, mirándome como si estuviese viendo a una chica por primera vez. Tiene rasguños en los labios, pómulos y frente. El pelo estaba peinado hacia atrás y se le notaba el castaño gracias al fuego. De unos hombros lisos y aparentemente fuertes, bajaban sus pálidas manos, dejándose ver cortes profundos en algunos de sus tatuajes. Tenía un traje negro con tonalidades azules oscuro y una corbata a juego, cuyo conjunto estaba algo lastimado.

Me dio mucha pena verle, se notaba que lo habían torturado hasta morir.

- Soy un monstruo.- Desapareció de nuevo delante de mí y noté como su precensia abandonaba la habitación.

Soul ||H.S y tú||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora