Capítulo 2

46 3 3
                                    

Berta era una mujer refinada que amaba vivir entre lujos. Exuberante y exagerada. Siempre vestía diseños de estilistas europeos. No escatimaba en gastos. Vivía como una completa reina y su hogar eraun palacio en donde la Monarquía era Absoluta.

- No, Joseph-- corregía por teléfono a su florista-- Quiero que los arreglos sean con ramos naturales aunque debas exportarlos. No me interesa cuánto cueste. ¿Fui clara?

- Sí, señora.

- Hablamos luego. Ahora debo ultimar detalles con mi adorada nuera, acaba de llegar del Spa-- cuelga mientras le sonríe a Sheila, así se llamaba la prometida de su único hijo.

- Oh, eres tan encantadora, Berta. ¡Me haces sonrojar!-- confesó la joven de rubios y perfectos buqules. Pestañas perfectamente curvadas, tez pálida y pulida, y ojos verde esmeralda. Realmente se parecía a una de esas princesas de Barbie.

- Manicure recién terminado y traje rosado, exclusivo de Louis Vuitton. Figura esbelta de medidas casi perfectas: 90, 60, 92.

- ¿Dónde está mi hijo? ¿Dónde está el futuro prometido?--insiste con énfasis en la última palabra.

- Que no me voy a comprometer, mamá-- protesta Federico mientras bajaba las escaleras.

Rubio,ojos verdes, pelo corto y alborotado. Estatura de unos ciento ochentay nueve centímetros. Figura atlética, con abdomen y antebrazossutilmente trabajados. Ropa sport: remera verde Reebok,short negro Nikey un par de zapatillas NikeZoom Vomero +8.

- ¿Entonces para qué es la fiesta que estamos organizando?-- lo increpó su madre mirándolo de mala manera. En parte por su comentario y en parte por su aspecto desalineado. Demasiado para su recatado gusto.

- Voy a formalizar mi noviazgo... Con la chica más maravillosa del mundo entero-- culminó besando a su delicada novia.

Ellale regala una tímida sonrisa mientras lo aparta rápidamente.

- Está tu madre, cariño-- lo regañó mientras él entornaba los ojos.

- Juntos forman la pareja más linda que jamás haya visto. ¡Son perfectos el uno para el otro!-- celebró Berta-- ¡Rosa!--exclama llamando a la empleada.

- ¿Sí, señora?

- Traiga té para todos.

- En seguida, señora. ¿Algo más?

- No, puede retirarse-- responde sin siquiera mirarla a los ojos.

- Rosa desaparece como por arte de magia. Se trataba de una mujer de aproximadamente unos cuarenta y dos años de edad. De origen humilde. Trabajaba para Berta hacía varios años y era muy dedicada.

El teléfono de Berta suena y se dirige a su despacho para hablar más tranquila. Federico la queda mirando como si intentara escuchar algo de la conversación.

- Tu madre es un encanto, Fede.

Elcomentario de Sheila lo trae de nuevo a la realidad. Decide sentarseal lado de su novia. Le rodea la espalda con su brazo derecho.

- Sí, claro. ¡Berta es un encanto total!-- asiente con toda ironía.

- ¿Por qué lo dices así?-- formula Sheila algo molesta y apartándose de su lado.

- No lo sé... No me gusta cómo trata a Rosa, por ejemplo-- explica.

- Fede: Rosa es la sirvienta. No necesita tratarla de un modo especial.

Julicienta - Un sueño hecho realidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora