I'm fifteen..

Rozando el cielo -- Capítulo 8

Hoy somos 174 personas, Gracias a todos los que le dieron una leida y a los que están pendiente a cada capítulo como mis amigas, Gracias Meli por impulsarme en esto dándome el OK y a "Wattpad stories" (Grupo de whatsapp)  por ser mi recordatorio y lectores fijos. Vamos a por más!!   

                                                                                                                                                            Toti Irazuzta

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Por fin Mateo se quitó la capucha y me abrazó muy fuerte, no me esperaba esa actitud y quedé algo incomoda para poder abrazarle bien, se quedó apegado a mi por varios segundos hasta que me acomode y completé el abrazo. 

  - Ahora si ya te suelto - me dijo pasando su mano por su cabello algo sonrojado por lo que me provocó algo de ternura. 

  - ¿Me estás diciendo que si no te devolvía el abrazo no te ibas a despegar de mi?. 

  - Digamos que si. 

  - Qué lástima. - dije con una sonrisa algo tímida.

  - ¡¿Lástima?! - Dijo algo exaltado.

  - Si, no quería que te despegases de mi. - Respondo y pongo cara de cachorro. 

  - Si tu lo dices... - Agrega mienta siento sus brazos al rededor de todo mi cuerpo apretándome como serpiente. 

Me quedé a gusto y nos mantuvimos en silencio hasta nuestra parada.

  - Vale Mateo, ya puedes soltarme, debemos bajar. - Digo riendo al ver su reacción de niño pequeño. 

  - Tú me dijiste que no te soltara, dame la mano por lo menos. - Me replica mientras extiende su mano y acepto a su invitación. 

Caminamos poco mas de 5 cuadras, habíamos legado al puerto, lo único que nos detenía era un maldito semáforo,  al ponerse en rojo Mateo me hace señal de que cruce ya que el estaba atando sus cordones. 

Fui caminando algo despacio para no alejarme demasiado, di media vuelta para ver a Mateo y vi que ya había terminado, entonces seguí caminando. 

  -¡¡¡Cuidado!!! - Escuché un grito muy fuerte. 

De un momento a otro escuché una bocina, gritos de gente, gritos de Mateo y por último el impacto. 

Mi cuerpo estaba inconsciente aunque podía escuchar todo, al principio no entendía nada pero me dolía todo. A los pocos segundos sentí las cálidas manos de Mateo en mi rostro y supe que algo no estaba bien. 

Después de varios minutos sin moverme, escuché que se aproximaba una sirena mientras de fondo se escuchaba entre llanto a Mateo diciendo que todo iba a estar bien y que el se ocuparía de que lo esté. 

Finalmente la ambulancia llego y me cargo junto con Mateo excusándose de que era mi novio. 

  - Va a estar bien, ¿verdad? 

  - Todavía no podemos deducir nada, nosotros solo nos encargamos de mantenerla con vida hasta el hospital, lo lamento mucho. 

  - Pero no está tan mal, ¿verdad? 

  - Tranquilízate, está estable, creo que tiene alguna que otra fractura pero no más de eso, en el hospital la atenderán con el mayor cuidado del mundo. 

  - Vale, gracias, pero... se va a despertar ¿verdad?. 

  - No te puedo asegurar nada, igual ya puedes hacerles la preguntas a su medico, hemos llegado. 

Me transportaron rápidamente a la sala de emergencias y Mateo corría a mi lado. 

  - Lo siento joven, tu te quedas aquí. - Dijo una enfermera. 

  - Está bien, avisadme apenas despierte. - Respetó la decisión de la enfermera y se quedó en la sala de espera. 

Después de unos 30 largos minutos por fin abrí mis ojos y mi cuerpo volvió a reaccionar. Grité muy fuerte porque me dolía muchísimo la pierna derecha y el hombro izquierdo. Miré a mi alrededor y vi placas de mis huesos y entendí el dolor. 

  - Hola, soy tu doctor, Pablo Divano. 

  - Hola, ¿Que me pasó? ¿Y Mateo? ¿Mis padres? ¿Porq.. -Pero el doctor me interrumpió. 

  - Lamento interrumpirte pero debemos llevarte a sala de cirujia, debemos re acomodar tu pierna y hombros por completo. - Abrí mis ojos como platos y comencé a llorar. 

Vi que el rostro del doctor se tornó de preocupado a triste al verme así. 

  - Todo va a estar bien, no te mentiré, dolerá y mucho, pero agradece de que solo es esto, y de que estás con vida, muchos no llegan ni a hablar. 

Me tranquilicé un poco y reflexione lo que me dijo, la verdad es que estoy siendo muy pesimista, pudo haber sido muchísimo peor. 

Tardaron algo de 3 horas en re acomodar y enyesar todo, pero por suerte ya no corría ningún riesgo. 

Al pasar el efecto de la anestesia vi que Mateo se quedó dormido en uno de los sillones de la habitación de rehabilitación.  

Una enfermera que cambiaba la bolsa de suero avisó a mi doctor que ya había despertado. 

  - Hola, ¿como te sientes? 

  - La verdad que más tranquila y con menos dolor, ¿hay algo mas que dependa de cirujia?

  - No, ya no, has soportado bastante bien el impacto, además de la pierna y el hombro rotos y ya reconstruidos, solo tienes moretones y raspones, nada importante, lo único es que deberás aguantar al rededor de 1 mes y medio de yeso. En fin, vine a pedirte unos datos para la ficha, porque tus padres se tardan demasiado en llegar. 

  - ¿Como encontraron a mis padres? - Estaba muy confundida, había olvidado por completo la existencia de Mateo y de mis padres. 

  - Tu novio nos dio tu móvil y de allí sacamos el número, espero que no te moleste que te lo hallamos usurpado. - Dijo con una leve risa y le seguí.  - Anda llena esto y te dejo descansar.