Pequeño Louis.

120 19 5
                                    

Jay, no, la abogada Jay, llegaba a su casa totalmente cansada después de un día de trabajo, normalmente era así, caminaba hasta su habitación y se lanzaba en la cama para buscar el sueño unas horas. Su vida se basaba en esa rutina, trabajar, dormir y ser ella, esa mujer tan peculiar con ese carácter fuerte y el ceño fruncido, claro, al perderse tanto en su propio universo oscuro solía ignorar a aquel pequeño niño que siempre anhelaba un abrazo de su madre, ese niño de ojos brillantes y celestes, de corazón blando y poco fuerte, ese niño de ocho años que sólo buscaba protección y felicidad. Louis.

El pequeño, aterrado por la expresión de su madre, se acercó a ella con poca seguridad y tragó saliva. Iba a decirle algo importante, se le notaba, pequeño niño con ilusiones, eso era.

- ¿Qué quieres?-se adelantó Jay bastante irritada, sólo quería hacer desaparecer al pequeño y dormir por el resto de su existencia.

- Hoy...hoy me dieron ésto.-el labio inferior del niño temblaba al igual que cada parte de su cuerpo, sus ojos estaban clavados en el suelo mientras su madre le arrebataba el papel de las manos.

- ¿Y tú piensas ir a ésto? ¿En serio?-le preguntó la mujer a su hijo con ese tono de voz que parecía quitarle la tranquilidad al momento.

-La profe dijo que pasaríamos por Disney, mami, Disney es genial. Lo vi en la tele, tienen un castillo con fuegos artificiales y también un tobogán vertical, además puedes...

- ¡Cállate!-le gritó su madre quitándole las palabras de la boca al pequeño. Tristemente la gran ignorancia de la mujer no permitía que se diera cuenta de lo afortunada que era por ser madre de un niño tan inteligente.

Desde pequeño Louis había sido diferente a todos sus compañeros. Él se interesaba por cosas que para los niños de cinco años eran un asunto de adultos. Louis desde el primer momento prefirió hablar con personas mayores, le gustaba opinar en conversaciones interesantes y leer libros, por esa simple razón le dieron el pase para aquel viaje: Su Inteligencia. Cuando Louis cumplió los ocho años de edad se dió cuenta de algo, él era diferente, su madre se lo dijo "No eres normal, nunca lo fuiste niño tonto, ojalá te murieras." Esa vez Louis pensó en morir ¿Qué se sentiría? ¿Sería como cerrar los ojos y dormir por siempre? ¿O podría escapar de su mamá? Él era sólo un pequeño de ocho años que no debería pensar en la muerte y que sin embargo lo hacía. Muerte, muerte, muerte, Louis no quería morir, definitivamente, él quería saltar, jugar, descubrir, explorar ¿Muerto podría hacerlo? Louis sólo quería estar vivo para lograr ser un superhéroe, él quería rescatar al mundo.

La mujer terminó de leer toda la circular y miró fijamente a Louis quién le rogaba con sus brillantes ojos que le dejase ir.

-Es bastante tentadora la idea de no tenerte aquí por todos esos días, mocoso...-y de esa manera tan insensible su madre le dió permiso para ir al viaje que él consideraba le iba a hacer el niño más feliz.

Louis corrió muy feliz a su habitación, debía preparar rápido su maletita, necesitaba meter muchas camisetas y también alguna de sus historietas, esas que le mostraban el valor que tenían los superhéroes y la manera en la que hacían a todos felices, a veces él mismo se consideraba un superhéroe, sólamente que era uno escondido que día a día luchaba contra la tristeza y le regalaba sonrisas a sus compañeros. En el colegio habían varias personas que lo molestaban, de hecho, una vez un niño le golpeó el ojo y Louis casi perdió la vista, esa noche juró que sería un superhéroe y que no le haría daño a nadie. Louis era tan indefenso que parecía sólo un niño como cualquiera, uno de esos que gritan y molestan a sus padres, sin embargo, la historia no era así. Louis era un niño fuerte, indefenso pero fuerte, que sólo le pedía una cosa al mundo: Felicidad. El pequeño nadaba en un océano de tristeza para conseguir un pedazo de alegría, y nunca perdía sus esperanzas.

Los superhéroes existen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora